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Aspectos espirituales de una política educativa idónea para la República de Honduras

Posted in Literatura Mental on 10 marzo 2023 by Luis Daniel

Una versión corregida y aumentada de las entradas más recientes.

¿Cuál es el propósito de la educación? Al determinar de manera explícita esta premisa se puede partir hacia la construcción de una política educativa. Sin embargo, en el tema educativo, todos tienen una opinión y algo que decir, sugerir, exigir y reclamar. De esta manera, diversas interpretaciones y puntos de vista se manifiestan de acuerdo a la forma que se considera es la necesidad y propósito de la educación.

En lo que respecta a la política educativa, es similar, se manifiestan diversas definiciones de que es, sin embargo, algunas se quedan cortas y otras se acercan más al meollo del asunto al insertar las palabras “conflicto, competencia y procesos complejos y plurales.

Aunado a esta introducción, la realidad de las sociedades capitalistas sugiere que la educación es de manera específica una escalera social sin la cual, el desarrollo individual no es alcanzable. Por ende, no importa cuál será el detalle de la política, las personas deben pasar por este proceso para ser alguien en sociedad, ser productivos y pasar del estado de oprimido a opresor.

La educación se encuentra sometida a una diversidad de actores que no siempre tienen propósitos en común y que a la vez no tienen idea de que hacen. Las políticas educativas más allá de estrategias sólidas, son hipótesis de trabajo al son de “Veamos si esto funciona” de acuerdo al color político, lo que se estima es el problema y lo que se cree puede lograrse en un tiempo determinado.

El problema educativo se encuentra inserto en el modelo económico y la intención forzada de transformar paradigmas a través de una lucha de clases desfasada, mal comprendida y de interpretación atroz. Estas inacciones ideológicas o quizás propósitos tácitos de la política exacerban el conflicto social, fragmentando la sociedad en pro del beneficio oculto de entidades tras bambalinas.

Podría parecer que, a finales del siglo XX, América latina pasó por un intento de salto paradigmático con las reformas educativas. Honduras quizás intentó llegar a esta celebración a partir de la construcción del Currículo Nacional Básico. Sin embargo, tanto para Honduras como el resto de América latina, reformar las cosas en papel no es lo mismo que actuar sobre lo escrito.

Es como la persona que necesita bajar de peso, compra una membresía de gimnasio, pero nunca va a hacer ejercicio. Sin embargo, paga esa membresía y eso ya es un éxito. Se ha trascendido el paradigma de una certidumbre y esperanza en sistemas educativos idóneos hacia una incertidumbre informada a partir de tropezar en la misma piedra una y otra vez.

Aun con la adopción de los gobiernos de América latina de que la educación es componente central en el desarrollo de la sociedad, temáticas muy fundamentales han quedado por fuera y es el concepto de la cultura y la sociedad. Es decir, las leyes y reglamentos son bonitos para los propósitos demagógicos y de éxito de gestión, pero el salón de clase y la cultura se encuentran diametralmente opuestos, no siempre, pero es tendencia.

Las políticas educativas buscan resolver problemas de décadas alrededor del asunto educativo, desde la descentralización, rendición de cuentas y empleabilidad por mencionar algunos. Empero, en esta política falta la discusión del “Ser”. Quizás este aspecto cualitativo no compete al esquema de las políticas públicas en educación.

Entonces, se actúa por lo que se puede medir, lo que se puede tocar, lo que se puede celebrar. Lo tangible se puede transformar en continuar en el poder. Pero, es necesario instaurar el Ser en la discusión pues quienes más piden un cambio en la educación son los que menos comprenden cómo funcionan los procesos políticos en la enseñanza: Las familias quienes son los principales interesados en desarrollo de sus vástagos.

La educación se mide en éxito de gestión, pero este éxito no necesariamente está reflejado en la satisfacción de necesidades en el corto y medio plazo de los discentes. Y así, a partir de ir adoptando pedacitos de diversas políticas, programas y demás, la educación se ha convertido en un mosaico de objetivos en el que el que más sobresale es la adquisición de un título para continuar estudiando en el siguiente nivel y llegar al nivel más alto posible en la carrera vertical de los ratoncitos.

Si la educación no trasciende el esquema de la escalera social, el concepto de una nación no puede ser construido pues se trabaja bajo el paradigma de “sálvese quien pueda”. Hoy más que nunca la inserción de la solidaridad en la sociedad se hace tan necesaria como las competencias de lecto-escritura. En cuanto a políticas educativas hondureñas, es imperativo conocer la realidad y conocer al hondureño, pero, sobre todo, comprender la ciénaga política en la que el país discurre. Y, de esta manera encontrar un norte acertado, un rumbo ideológico que permita avanzar del paradigma de la división social con una educación repensada, actualizada y unificada en propósitos.

Si el título de una política educativa se encuentra mal redactado, los objetivos no serán adecuados y la metodología será ajena a lo que se persigue, produciendo entonces resultados que no aportan al propósito inicial. Es necesario insertar el aspecto cultural en las políticas educativas para trabajar con la forma de pensar de la sociedad y no solo desde objetivos trazados desde esquemas que funcionaron en otra parte.

Una política educativa nacional, trazada por hondureños que conocen la realidad y la manera de pensar. Orientada a un país sin esperanza para recuperar un sentido y propósito por el cual intentarlo. En la política educativa hondureña es necesaria la esperanza, de esta manera insertando un propósito para la existencia del ciudadano en el mediano plazo.

Mientras la distracción política mantenga en sueños el criterio de las masas, la degradación social será tendencia. Por ende, dentro de esta política se debe establecer que la educación en su concepción mas fundamental es la persecución del conocimiento para el crecimiento personal y espiritual. Este crecimiento espiritual que propende en la responsabilidad profesional y ciudadana en construcción permanente de solidaridad.

Podría pensarse en una política educativa que enseña desde la crisis: Aprovechar la oportunidad de enseñar desde la realidad para saltar del problema a la solución. De la crisis y el sufrimiento general podría surgir el sentido de nación.

Pero, el Estado paternalista construye ciudadanos mimados o sicofantes según el lado del sector político. Esta tendencia es el impulso para reiniciar el ciclo de degradación.

La política partidaria persigue la permanencia en el poder, y a través de la demagogia se trazan objetivos incoherentes e inflexibles que tienden a la irresponsabilidad. Estos objetivos cobran el precio del tiempo, el acrecentado resentimiento y echar por tierra una nueva generación de hondureños perdidos en una miasma de promesas que para ser asequibles se debe recurrir nuevamente a la estrategia del “sálvese quien pueda”.

La deficiencia educativa no se encuentra solamente en el salón de clases, está además en el espíritu de la sociedad. El vivir de prisa en un capitalismo tardío lleno de sus satisfacciones inmediatas prohíbe la construcción de una nación en el mediano plazo. El propósito común de las masas es fundamental para erradicar la polarización y la política mesiánica.

De esta manera y a modo de cierre, la escuela es un microcosmos en donde todas las políticas educativas van a morir como la marea a los acantilados. A partir de todo lo comentado en el texto, la escuela representa un pequeño universo donde las influencias políticas, vicios y complejos de sus actores se manifiestan de manera tácita y explícita. Esto es consecuencia de la realidad local y la forma en que los hondureños han aprendido a sobrevivir y es a través de este liderazgo tóxico que se permite la construcción de dirigencias amañadas que en consecuencia refuerzan el deterioro de la columna educativa.

Si la política partidaria persigue la permanencia en el poder a través de diversidad de intenciones y elucubraciones, el dirigente escolar replicará lo que funciona en el sistema, desautorizando con artimañas que llevan a un eterno conflicto que aumenta la división y la necesidad de los ratoncitos de subir la escalera social para intentar escapar del sistema, la realidad y el país.

En conclusión, es necesario despolitizar la educación para que esta recupere su propósito inicial el que, según Platón, radica formar ciudadanos virtuosos y sabios que sean capaces de contribuir al bien común de la sociedad. Ciudadanos quienes son capaces de realizar su potencial humano y de servir al estado. Un futuro distinto es posible.

Educationem et consilium

Posted in Literatura Mental on 4 marzo 2023 by Luis Daniel

En el tema educativo, todos tienen una opinión y algo que decir, sugerir, exigir y reclamar. De esta manera, diversas interpretaciones, puntos de vista y propósitos se manifiestan de acuerdo a la forma que se considera es la necesidad y propósito de la educación.

En lo que respecta a la política educativa, es similar, se manifiestan diversas definiciones de que es, sin embargo, algunas se quedan cortas y otras se acercan más al meollo del asunto al insertar las palabras “conflicto, competencia y procesos complejos y plurales.

Así, la educación al estar sometida una diversidad de actores que no siempre tienen propósitos en común y que a la vez no tienen idea de que hacen, las políticas educativas más allá de estrategias sólidas, son hipótesis de trabajo al son de “Veamos si esto funciona” de acuerdo al color político, lo que se estima es el problema y lo que se cree puede lograrse en un tiempo determinado.

Podría parecer que, a finales del siglo XX, América latina pasó por un intento de salto paradigmático con las reformas educativas. Honduras quizás intentó llegar a esta celebración a partir de la construcción del Currículo Nacional Básico. Sin embargo, tanto para Honduras como el resto de América latina, reformar las cosas en papel no es lo mismo que actuar sobre lo escrito.

Es como la persona que necesita bajar de peso, compra una membresía de gimnasio, pero nunca va a hacer ejercicio. Sin embargo, paga esa membresía y eso ya es un éxito.

Se ha trascendido el paradigma entonces de una certidumbre y esperanza en sistemas educativos idóneos hacia una incertidumbre informada a partir de tropezar en la misma piedra una y otra vez.

Ahora bien, considero que aun con la adopción de los gobiernos de América latina de la educación como algo central en el desarrollo de la sociedad, temáticas muy fundamentales han quedado por fuera y es el concepto de la cultura y la sociedad. Es decir, las leyes y reglamentos son bonitos para los propósitos demagógicos y de éxito de gestión, pero el salón de clase y la cultura se encuentran diametralmente opuestos, no siempre, pero es tendencia.

Las políticas educativas buscan resolver problemas de décadas alrededor del asunto educativo, desde la descentralización, rendición de cuentas y empleabilidad por mencionar algunos. Empero, no veo en esa discusión el “Ser”. Quizás este aspecto cualitativo no compete al esquema de las políticas públicas en educación.

Entonces, se actúa por lo que se puede medir, lo que se puede tocar, lo que se puede celebrar. Lo tangible se puede transformar en continuar en el poder. Pero, es necesario instaurar el Ser en la discusión pues quienes mas piden un cambio en la educación son los que menos comprenden como funcionan lo procesos políticos en la enseñanza: Las familias.

La educación se mide en éxito de gestión, pero este éxito no necesariamente está reflejado en la satisfacción de necesidades en el corto y medio plazo de los discentes. Y así, a partir de ir adoptando pedacitos de diversas políticas, programas y demás, la educación se ha convertido en un mosaico de objetivos en el que el que más sobresale es la adquisición de un título para continuar estudiando en el siguiente nivel y llegar al nivel más alto posible en la carrera de los ratoncitos.

En conclusión, si el título se encuentra mal redactado, los objetivos no serán adecuados y la metodología será ajena a lo que se persigue, produciendo entonces resultados que no aportan al propósito inicial. Es necesario insertar el aspecto cultural en las políticas educativas para trabajar con la forma de pensar de la sociedad y no solo desde objetivos trazados desde esquemas que funcionaron en otra parte. Una política educativa nacional, trazada por hondureños que conocen la realidad y la manera de pensar. Orientada a un país sin esperanza para recuperar un sentido y propósito por el cual intentarlo.

LA EDUCACION AMBIENTAL PARA EL DESARROLLO SOSTENIBLE

Posted in Literatura Mental on 24 enero 2023 by Luis Daniel

Escena: La humanidad en la segunda década del siglo XXI. Un mundo conectado. Toda la información necesaria a la orden, a un clic de distancia. El sublime capitalismo, producción sin fin. Comodidad y prosperidad traída a ustedes por una corporación multinacional. Los que fuimos niños alguna vez, quizás no sentimos que vivimos en el futuro de las caricaturas, pero es un hecho que el futuro llegó y flotamos en su tecnología.

Así, la educación ambiental se vino gestando desde hace más de 40 años en un mundo cada vez más conectado. Arengando alrededor de los peligros de un mundo moderno. Y en su aplicación ha sido efectiva, empero, la humanidad olvidó transmitir la solidaridad. Y en la cúspide del acceso a la información, la riqueza y la tecnología, perdimos una de las cualidades que nos asistió en la evolución y así convertirnos en humanos. La solidaridad.

    La educación ambiental ha sido efectiva en enseñarnos que tenemos un problema. Efectiva en demostrar que de no hacer algo el problema se acrecentaría. Efectiva en sugerir estadísticas de reducción de cobertura y aumento de concentraciones de gases.

    Efectiva en insinuar soluciones aplicadas en otras latitudes, sugiriendo el avance de culturas ajenas. Efectiva en abogar la importancia de los recursos naturales locales, pero sin una idea concreta en cómo protegerlos y apropiarlos. Efectiva en hacernos sentir impotentes ante un problema.

    La educación ambiental se encargó de satanizar a la industria por sus tendencias contaminantes, pero no nos enseñó como ejecutar la responsabilidad individual en el cuidado de la tierra. Nos enseñó a culpar.

    Y en la impotencia nos convertimos en pesimistas. Y la negatividad destruyó nuestros ideales y nos arrastró a aceptar cualquier cosa… Es que todos son iguales, es que todos roban.

    Todos conocemos la situación actual del planeta, todos sabemos la situación actual del lago de Yojoa por dar un contexto local. A nadie realmente le importa porque casi nadie sabe qué hacer y aun, los que saben que se debe hacer están conscientes que es una decisión política. Sabemos que hay un problema y de no solucionarse se acrecentará.

    Efectivamente estamos en una sociedad conectada, que vive de prisa, que genera riqueza a una velocidad impresionante. Y como especie, estar más concentrados en los procesos de producción de capital nos hizo inmunes al sufrimiento. El lago de Yojoa no me afecta, porque no vivo ahí.

    Vivir de prisa nos hizo Inmunes al dolor ajeno, inmunes a la pobreza, inmunes a un mundo que desaparece. Inmunes ante todo lo que no afecte mi parte de las ganancias. Conscientes de un mundo en problemas, pero demasiado compenetrados en aprovechar sus recursos para poder seguir el ritmo de vivir de prisa.

    Siendo este el caso, la educación ambiental funcionó. Pero al mismo tiempo, temprano vieron que el concepto de la educación ambiental quedaría corto y así, comenzaron con un nuevo concepto: Educación para el desarrollo sostenible.

    La educación para el desarrollo sostenible es actualmente la tendencia para abordar una crítica que podría generar soluciones ambientales. Sin embargo, aún no es integrada de manera acertada pues se piensa que la una es equivalente con la otra pues hablan de cosas similares. Y efectivamente, tocan temas similares, pero la educación para el desarrollo sostenible va más allá.

    Presenta una ventaja considerable que si es tomada en cuenta y empoderada por los docentes puede ser más efectiva. Esta ventaja es su plasticidad hacia la cosmovisión local. Es una educación que parte de preceptos y los desarrolla de acuerdo a la realidad específica que se desea transformar. Trasciende del cambio climático y los osos polares hacia el cambio climático y la vulnerabilidad local por dar un ejemplo.

    Empero, la educación para el desarrollo sostenible es mucho más. Para mí es: La ética, la esperanza y la belleza. Ética en nuestro actuar personal, social y planetario. Esperanza en un mundo mejor compartido para todos. En donde apreciar la belleza de la naturaleza es el componente fundamental para nuestra calidad de vida en sociedad.

    Y claro, efectivamente toco los temas de contaminación, cambio climático, degradación ambiental para dar un contexto general. Pero, insto enfocarme en: El materialismo compulsivo como una enfermedad, El egoísmo como una trampa, las cosas impresionantes que hacen los animales, cosas hermosas que he visto al estar entre la naturaleza, la solidaridad como un estilo de vida, la felicidad como una obligación.

    Al hablar de cambio climático les hablo sobre el colapso de la edad de Bronce hace unos 3 mil años intentando que asocien como estamos sometidos a repetir el pasado de no aprender del mismo. Considero de suma importancia la educación para el desarrollo sostenible a todo nivel y especialmente con los millenials, generación Z y alfas pues son ellos los que heredan este mundo en donde la generación X será acusados de los mismos errores que hoy se achaca a los baby boomers.

    Es necesario que la humanidad comprenda que la conservación del ambiente es un requisito para la economía. Es necesario que en otros ámbitos de la educación como la economía y las finanzas comiencen a enseñar el decrecimiento económico sostenible como la transición a una economía más pequeña con menos producción y consumo.

    Es necesario trascender de una cultura perversa, de “ultima hora”, de frenar para ver el accidente a una cultura de frenar para observar la belleza. Es necesario para el futuro superar el miedo y en especial la apatía. Es necesario para nuestros hijos y nuestro ocaso como personas superar el egoísmo y abrazar la solidaridad. Esto también es educación ambiental.

    En mi libro “El potencial” hablo precisamente como a través de tres componentes asociados a las aves se puede construir un mundo mejor. La recompensa, el recuerdo y la reflexión. La recompensa de ver un ave o tomarle una foto, el recuerdo de haberla visto y la extensa reflexión personal que conlleva, lo que Platón considera como el “conocimiento interior”.

    En Honduras, los observadores de aves han logrado trascender en la construcción de su conciencia ambiental utilizando el pasatiempo de la “pajareada o birdwatching”. La apreciación de la belleza en la naturaleza funciona. Ellos aprenden de manera autodidacta sobre las aves en su ambiente y el pasatiempo los transforma.

      Por lo tanto, conocer de segunda mano circunstancias ambientales que no son las locales puede presentar alguna referencia general, pero sin el contexto local, el aprendizaje propende en la eco ansiedad.

      Y la eco ansiedad es ese temor crónico a sufrir un cataclismo ambiental que se produce al observar el impacto aparentemente irrevocable del cambio climático y la preocupación asociada por el futuro de uno mismo y de las próximas generaciones.

      Insidiosamente, la educación ambiental se prestó como una herramienta para dilatar el éxito de un desarrollo sostenible muy ambiguo que no logramos apreciar ni comprender.

      El ser humano necesita recordar lo que ha sido siempre. Necesitamos acercarnos nuevamente a la naturaleza, sin miedo al lodo, a la lluvia, a los organismos que en ella habitan, a la oscuridad y el brillo del sol.

      La educación va más allá de memorizar, de recitar. La educación es asociar, criticar, transformar. La educación ambiental debe trascender a una educación para el desarrollo sostenible en donde el ser humano sea protagonista de su futuro individual.

      De lo contrario, la educación ambiental seguirá siendo una herramienta para el miedo, la apatía y el pesimismo. La solidaridad comienza conmigo y continúa con usted.

      Una educación planetaria y local que abrace el concepto ambiental y enfatice la colaboración, la empatía y el respeto a la naturaleza. Una educación que asista en regresar a los espacios naturales y perder el miedo a vivir. Una educación que nos de un propósito de seguir intentándolo.

      Mejoras en la universidad con miras a las demandas de siglo XXI

      Posted in Literatura Mental on 8 diciembre 2022 by Luis Daniel

      Introducción

      Cuando estudié mi pregrado, en Honduras existían las universidades públicas y existían contadas con los dedos de la mano aquellas de índole privado. Con el tiempo, la institucionalización de la educación superior privada fue un hecho contundente.

      La oferta de licenciaturas en tiempo récord, con didácticas extranjeras, laboratorios avanzados y en especial, el establecimiento de exámenes de admisión en las universidades públicas hizo de estas instituciones exitosas para una variedad de carreras genéricas y cotizadas por la comunidad estudiantil. Curiosamente, las universidades privadas también presentaban un examen de admisión, el cual no fue visto de forma negativa.

      La Universidad como institución se ha degradado en sus funciones esenciales para concentrarse principalmente en la docencia, dejando de lado la extensión, la investigación y la vinculación; funciones efectivamente esenciales con las que la universidad se conserva relevante, actualizada y funcional para una sociedad que necesita de ideas en el corto plazo para dar respuestas a los problemas del largo plazo.

      La proletarización profesional

      Ahora que estoy dentro del “sistema” universitario en calidad de docente, puedo apreciar algunas situaciones que se prestan para un análisis sincero. Uno que llama mi atención es la transformación del esquema de pregrado en una continuación del bachillerato.

      De esta manera, el estudiante que se somete a las penas de un pregrado, debe estar consciente que, para salir adelante, un posgrado será elemental para ser competitivo. Así, la universidad en pregrado se parece cada vez más a una escuela de educación media que a una institución de educación superior.

      El esquema de las tareas, de los proyectos, la evaluación y hasta cierto punto, la condescendencia del docente a partir de las exigencias de la rectoría comienza a dilucidar un esquema de colegio. Estas apreciaciones las logro captar especialmente en la educación superior privada en donde el carácter mercantilista de la relación laboral exige esto del docente.

      La motivación por la educación

      Debo admitir que, al recibirme biólogo, no cruzó por mi mente conquistar un posgrado y una vez en posgrado pensé que sería vanidad perseguir un doctorado. Sin embargo, aquí estoy. Y no puedo negar que la motivación económica es un estimulante fuerte.

      Esto en buena parte porque en la corrupción sistémica del país sugiere que mis posibilidades de adquirir un puesto permanente son ligeramente mejores con una mayor titulación, considerando que los colores políticos y la zalamería no son una opción. Empero, son una opción inmediata para muchas personas.

      Esta instancia de la educación por llenar un ítem de la lista y desear posteriormente posiciones políticas o por halago es básicamente la persecución de poder. Esta persecución del poder es precisamente en detrimento de la solidaridad que se necesita en el mundo.

      Y esta carencia de sentido común planetario bien puede asociarse tanto a la falla de la sociedad en imprentar en las personas la solidaridad, como a la vez de la educación superior al concentrarse de manera puntual en la docencia. Un país que fue a la universidad, no es necesariamente un pueblo educado.

      Modificación de la oferta educativa

      Dentro de esta situación de proletarización profesional, la que no veo manera de reducir o desacelerar, se presenta un curioso fenómeno y es el de la aparición de carreras universitarias cortas apuntadas a resolver necesidades inmediatas del mercado. Técnicos en diseño gráfico, en manejo de redes, en telemercadeo. Es como que el capitalismo absorbió la educación para sus propósitos de generación de riqueza.

      Es entonces, una situación en donde la educación superior no sirve más a la humanidad, sino que a una entidad invisible que exige cada vez mayor crecimiento económico. Y la sociedad al verse forzada a producir se adscribe al protocolo para poder superarse o quizás la palabra adecuada es sobrevivir.

      Tenemos universidades tanto públicas como privadas produciendo cantidades considerables de profesionales que no encuentran donde insertarse en el mercado laboral. Esto es consecuencia que la universidad no les ha enseñado a existir por si mismos, sino que a depender de una mano invisible que les alimentará a partir de sus servicios. Es decir, al no enseñar el emprendimiento, se condena a profesionales a no poder alimentarse por si mismos. Y es a partir de la necesidad, la frustración que terminan en otros menesteres de la vida.

      La transformación desde el sistema

      La Universidad debe retomar los propósitos por los que fue instituida. Si, la docencia es fundamental para transmitir la vanguardia del conocimiento y mantener el proceso de reposición generacional. Pero debe además insertar al estudiante en la problemática de la sociedad, de esta manera el futuro profesional comprenderá que su vocación de servicio es la humanidad y no la producción de riqueza.

      La universidad debe insertar al estudiante en la investigación de la problemática de la realidad para que desde temprano rumie las posibles soluciones desde su campo de profesión. La universidad debe vincular al estudiante con las posibles instancias desde donde podrá hacer la diferencia.

      Sin embargo, y esto es en parte consecuencia de la proletarización profesional y la degradación de la docencia: El profesor no desea enseñar el arte de la profesión al estudiante pues además de docente es consultor en diferentes situaciones. Por lo que, “entrenar a la competencia” no es exactamente en favor de sus propósitos de sobrevivencia capitalista.

      Consideraciones finales

      Mientras la educación superior y la educación como un proceso siga concibiéndose como un proceso de capital y movilidad social, muy poca solidaridad podremos construir. Mientras en la educación superior se inserten ideas egoístas, desconfianza y flagrante desprecio por los compañeros en la instancia del currículo oculto, la educación superior seguirá fallando.

      Mientras la educación superior siga vendiendo el concepto de la superación como una baratija, como “un cartón” para trabajar por un salario mínimo, la sociedad no va cambiar y seguirá la ley del más fuerte, el más lisonjero y el más corrupto para acelerar la tendencia al cataclismo planetario irreversible.

      Y es muy posible que esta decisión tuvo que darse hace 25 años, sin embargo, la oportunidad de cambiar siempre es latente.

      Cambios en el proceso evaluativo, cambios en el comportamiento docente para mejorar

      Posted in Literatura Mental on 7 diciembre 2022 by Luis Daniel

      Introducción


      Esta es una menuda pregunta que considera un camino bastante largo en la persecución de una
      educación que tenga sentido tanto para el estudiante como para el docente. En los años que
      tengo en este ámbito, es con bastante frecuencia que lo considero pues período en período
      académico soy asaltado por la intriga de la duda y el rendimiento de los estudiantes, así como
      el interés intrínseco que demuestran en el proceso de enseñanza aprendizaje. A continuación,
      detallo algunas consideraciones que he ponderado a través del tiempo desde la educación
      superior.


      La cultura del estudiante


      Uno de loso objetivos de mis clases es la cultura general. Considero que además de los estudios
      disciplinares, los estudiantes deberían conocer temas fundamentales de la realidad y de esta
      manera conectar el pasado con el presente para poder ver hacia el futuro. Uno de estos temas
      que intento tocar en todas mis clases es el colapso de la edad de Bronce hace miles de años.
      Este es un tema poco conocido pues no es tocado en el sistema educativo y presenta en si
      mismo connotaciones muy consecuentes a la realidad actual.


      He apreciado que los estudiantes presentan bastantes conocimientos de cultura general, pero
      que pasan con mucho temor de expresar lo que conocen y al mismo tiempo, al pedirles que lo
      expresen en redacción, su nivel para asociar palabras es corto, o quizás el interés por el proceso
      muy reducido. De esta manera, al solicitarles que hagan resúmenes de las clases que les imparto
      puedo apreciar que la temática de cultura general asociada al tema asienta bastante bien en su
      comprensión.


      Con esto quiero decir que, al estudiante, particularmente aquel en provincia, metodologías
      asociadas al cuento, la parábola y el relato en primera persona se asientan bien con su cultura
      y su forma de comprender la realidad. A pesar de que es bastante complejo lograr que expresen
      sus ideas y sentir, tengo un buen asidero que, al utilizar el relato, la atención del promedio del
      salón es adecuada.


      La intención por la enseñanza


      No puedo negar que me gusta el proceso de enseñanza, tanto como maestro y estudiante. Pero,
      a veces pienso que mi intención en el asunto es muy laxa, me enfoco demasiado en que el
      estudiante se mantenga entretenido y quizás la clase pierde algún tipo de sentido. Admito que
      mis evaluaciones son bastante sencillas y quienes reprueban mis espacios son aquellos que
      abandonan el período académico.


      Muchas veces me pregunto porque hago estas cosas de esta manera. ¿Debería ser más estricto
      y aplicar evaluaciones memorísticas? Sin embargo, mis clases no son memorísticas, por lo que
      realizarlo de esta manera sería en detrimento del estudiante. Entonces, ¿Debería cambiar mi
      didáctica a algo memorístico? Es decir, algo que el estudiante conoce bien. Definitivamente no
      lo haría pues no me siento cómodo construyendo exámenes que siento son vacíos y no se
      prestan para nada más que el corto plazo y el propósito inmediato.


      Mi intención es crear dilema en la mente del estudiante, mi intención es acercarlos a aquello
      que han conocido siempre, pero que duerme en su memoria genética. Mi intención es que
      interpreten las cosas que ven cada día ya no con conmiseración sino con una actitud crítica. Sin
      embargo, eternamente pienso que no lo estoy logrando.


      Las capacidades intrínsecas del docente-discente


      Mi estilo didáctico es la charla, admito que me gusta hablar. A algunos estudiantes este
      acercamiento es interesante, para otros no tanto considerando que se aburren, no pueden
      conectarse al hilo de ideas que propenden en varios escenarios a la vez y conectan a una
      realidad que deseo ponderen.


      Considerando esto, yo sé cuales son mis intereses, mis capacidades y mis limitantes. De esta
      manera, sé que escribir para mi es muy fácil y el trabajo en equipo una molestia por mi
      incapacidad de empatar criterios. Por otro lado, he apreciado en mis estudiantes el gusto por el
      trabajo en equipo y el disgusto por la escritura. Siendo así, nos encontramos en polos opuestos
      de la intención didáctica.


      Siendo este el caso, pienso que una forma de adelantar mis espacios pedagógicos es conociendo
      un poco mejor el contexto particular de los estudiantes. Ya tengo algunas ideas generales a
      partir de su cultura. Pero, desconozco la manera en que su mente y espíritu procesan la
      información y como reconstruyen su realidad a partir de. Pienso que tomarme un tiempo en las
      primeras sesiones para conocer más al estudiante puede brindar ideas profundas.
      De esta manera, conocer al estudiante a través de una prueba sencilla de inteligencia múltiple
      me ayudaría a captar el interés y su manera de captar la realidad y al mismo tiempo poder
      empatarle con personas afines a su construcción y promover el trabajo en equipo que rara vez
      implemento en mis espacios.


      La transformación desde el sistema


      El modelo capitalista actual y la proletarización profesional sugieren que todos deben pasar por
      la universidad para lograr los trabajos más fundamentales. Esta reducción del propósito de la
      educación superior es funesta porque obliga al sistema a insertar en ámbitos innecesarios
      potencial que pudo ser aprovechado en otros escenarios.


      Al mismo tiempo, satura el mercado de profesionales que en el tiempo se frustran al no alcanzar
      sus sueños o dedicarse a cosas que no le inspiran. Sin embargo, promover una discusión de
      incentivar la educación técnica y para el emprendimiento parece ser una pérdida de tiempo al
      considerarlas opciones degradantes. Es como que si todos quisieran ser licenciados para tener
      un trabajo de salario mínimo.


      Esto es peligroso pues hay demasiados licenciados en nada y muchos puestos clave en la
      sociedad, que sostienen la economía se transmiten de manera oral o por relación familiar. El
      trabajo manual ha sido desincentivado por los productos prefabricados. El artesano y el técnico
      han sido desamparados en una sociedad que solo admite el togado.


      Dicho esto, el cambio desde el sistema es necesario para motivar a las personas que presentan
      estas capacidades para construir e imaginar y desarrollar con sus manos el futuro de un mundo
      que estima todo existe de forma instantánea.


      Consideraciones finales
      La universidad ha dejado en sueño algunos de los propósitos por los que fue diseñada. Se ha
      involucrado más en la transmisión de conocimiento. Ha vuelto al futuro profesional en un
      consumidor de conocimiento, pero muy poco le ha dado la capacidad de producir
      conocimiento.


      Así, la generación de relevo de docentes se ha convertido en un suplidor de conocimientos sin
      perseguir que el estudiante sea autodidacta y acucioso. Es necesario así que el docente medite
      dentro de si mismo esas debilidades que viene manifestando. Cosas como la evaluación vacía,
      el desprecio por la capacidad reducida del estudiante, la magnanimidad de su posición entre
      otras.


      La educación no es un proceso popular ni los docentes los profesionales más apreciados en el
      siglo XXI. La docencia continúa siendo una vocación y un llamado hacia el servicio de la
      humanidad, pero las debilidades de la docencia son latentes como en muchos administradores
      de empresas que soñaron ser médicos o enfermeras o psicólogos.


      La vida cierra puertas y muchas veces de manera abrupta, como docentes debemos darnos la
      oportunidad de orientar a nuestros estudiantes hacia sus sueños, hacia las puertas que pueden
      acceder por su convicción, voluntad y capacidad y no por los rendimientos mercantiles que
      estos pudiesen producir.


      Si el estudiante no es feliz, como profesional no será eficiente, si no es eficiente el sistema no
      rendirá buenos procesos, si el sistema no rinde la sociedad continúa estancada

      Educación de calidad y la forma de medirla. Atributos de un centro educativo y un profesor de calidad

      Posted in Literatura Mental on 3 diciembre 2022 by Luis Daniel

      Concepto de educación de calidad y la forma de medirla. Atributos de un centro educativo de calidad y un profesor de calidad

      Luis D. Germer

      Introducción

      Para determinar la calidad en la educación, es necesario determinar cual es el éxito perseguido por el propósito educativo. Es decir, para determinar la calidad se deben construir los objetivos. Esto podrá parecer un propósito simple, sin embargo, está saturado de las complejidades adscritas a la cultura, cosmovisión, dificultades intrínsecas al sistema y una miríada de circunstancias que se refuerzan mutuamente y la pedagogía no logra resolver. A continuación, se entregan algunas consideraciones surgidas a partir de la profesión docente, la construcción emocional con compañeros de clase y la autocrítica.  

      Concepto de educación de calidad

      La educación de calidad es transitoria y temporal, no podríamos sugerir que la educación de “calidad” en 1950 podría ser funcional en la actualidad. Sin embargo, parece ser que el proceso se ha estacando en “lo que funciona”. De esta manera, sugiero una calidad para un mundo incierto.

      La educación de calidad es aquella que rescata de Platón la belleza, de Freire la crítica y la ternura de Assman, entre otros muchos pensadores. Esto no es una definición, pero si aboga por algunos cimientos filosóficos. En la tercera década del siglo XXI parece una certeza la caída de la civilización como la conocemos en menos de 500 años y seguimos enseñando como que si la Tierra fuese a durar para siempre.

      Y en este caso, la calidad no se adscribe directamente a la protección de planeta. Para mí, la calidad se cimenta en la otredad. En la capacidad para reconocer mis problemas en mis compañeros, es la sensibilidad de dar las gracias, en la persecución de la ética en donde todos somos parte.

      La educación de calidad está en la construcción de la solidaridad, en el autodescubrimiento de las capacidades individuales y del triunfo de la felicidad como una persecución; la felicidad como una obligación humana, como una persecución de la plenitud.

      Medición de la educación de calidad

      Se debe dar por entendido que la sistematización es importante, así como la programación de los procesos para la replicación de la enseñanza. Esto es programación. La evaluación por otro lado sugiero que sea permanente pero no determinada por un porcentaje sino por la entrega de acuerdo a la capacidad y la empatía. Dicho esto, no será mejor estudiante el que se sacrifique, entregue o haga más.

      La evaluación está determinada por la construcción emocional de cada estudiante, entregando a viva voz su sentir ante sus compañeros y maestros. Sin miedo, en un ambiente de seguridad y solidaridad y de la manera que mejor se manifieste de acuerdo a su expresión emocional. Esto puede ser a través de palabras, una pieza musical. Se persigue conectar al estudiante con su yo interior y exteriorizarlo hacia los demás.

      Atributos de un centro educativo de calidad

      Si bien la evaluación que sugiero parece utópica, es importante perseguir las utopías y nunca dejar de soñarlas hasta alcanzarlas y continuar soñando. De esta manera, un centro educativo de calidad se fundamenta en la democracia y la capacidad de enseñarle al educando a no perder la ilusión, la esperanza y darle las herramientas para seguir intentando en un mundo extraño.

      Es un centro de calidad que, si bien debe mantener algunos conceptos tradicionales como el salón de clase, presenta bastante tiempo en las actividades de construir con las manos. El motor grueso y el motor fino son utilizados para el progreso de mente como de la solidaridad en sociedad. Al estudiante se le enseñan cosas que necesita en el día a día. Cosas tan elementales como hacer fuego hasta los impuestos son parte del día a día.

      Entre tanto, se promueve la discusión de la realidad para forjar una crítica insertada en lo que llamo “ser mejor siempre” en donde la ética es la norma fundamental enseñada para la existencia biofílica. Se promueve además la práctica de la solidaridad social y diversas actividades al aire libre, caritativas, de apreciación y de remediación social. Entender el trabajo más humilde, humaniza al gerente de mañana.

      Atributos de un profesor de calidad

      El profesor de calidad dependerá su edad de la calidad que profese. Un profesor más viejo, su calidad estará en la sabiduría que entrega e inspiración que produce; mientras que un profesor joven su calidad puede estar en la impulsividad, motivación y estamina que imprime al proceso. Así, la calidad no es sacrificada, sino que es aprovechada de acuerdo a las circunstancias, procesos mentales y necesidades de la educación.

      El profesor de calidad es además una entidad consciente de sus virtudes, defectos, capacidades y debilidades. En suficiente paz mental y autoestima para soportar la crítica y crecer a través de la autocrítica y la sugerencia profesional. Es una persona capaz de trabajar en equipo y así promover la solidaridad que es parte del fundamento pedagógico que se profesa en la educación de calidad. El profesor de calidad debe ser una persona capaz de auto perdonarse, perdonar y poder transmitir esa capacidad

      El profesor de calidad debe estar convencido en que su misión en la vida es ver a sus estudiantes llegar más lejos dándoles todo lo que necesitan para trascender y continuar el legado de seguir enseñando y logrando que la humanidad prospere en paz, armonía y sostenibilidad.

      A manera de cierre

      El episodio VIII de la guerra de las galaxias, presenta una de las frases más hermosas que he podido apreciar en la pedagogía y es el Maestro Yoda diciendo a Luke Skywalker en un momento de debilidad como Maestro:

      Transmite lo que has aprendido. Fuerza. Maestría. Pero también debilidad, locura, fracaso. Sí, el fracaso, sobre todo. El mayor maestro, el fracaso es. Luke, somos lo que ellos crecen más allá. Esa es la verdadera carga de todos los maestros.

      Calidad en la Educación

      Posted in Literatura Mental on 2 diciembre 2022 by Luis Daniel

      Introducción

      La educación de calidad se diluye en los vericuetos de la tradición y el anclaje a los sistemas de aprendizaje de antaño. Al desconsiderar la polisemia y las diferentes capacidades intrínsecas dentro de la neuro divergencia, se intenta reinsertar los modelos tradicionales en contextos que ya no son aptos para los discentes del presente.

      A continuación, algunas consideraciones interesantes dentro de las lecturas de Morin, Bondarenko y Orozco et al. respecto a la calidad en el ámbito educativo.

      La comercialización

      Al insertarse el proceso educativo dentro de las actividades mercantiles de la sociedad, es decir, la educación privatizada; las instancias de gobierno en su letargo exigen conceptos de calidad adscritos a papel lo que promueve una complicidad atada a resultados fundamentados en una mediocridad latente.

      Todo esto se encuadra en la tradición escolástica de la caja de aprendizaje, el maestro autoritario y la tabula rasa. Educación bancaria en su máxima expresión que satisface el concepto de las generaciones previas que lograron éxito en la vida y en la melancolía recuerdan ahora lo bueno del sistema educativo. A partir de esto es común escuchar a los baby boomers decir con alegría “las letras entran con sangre”.

      El atroz culpable

      De esta manera, el concepto de la educación se confunde, reinventa y vuelve a confundir en una diversidad de circunstancias que se asocian a la definición de calidad. En donde la calidad se asocia a instalaciones, infraestructura, vistosidad de los uniformes, laboratorios de tecnología, inglés y mecatrónica. Pero dejan por fuera aspectos fundamentales de la construcción del ser.

      Me llama la atención el axioma de Geoffrey Whitty el cual cito directamente «acusar a las escuelas de los problemas de la sociedad es injusto y también improductivo […] Las escuelas pueden ciertamente hacer la diferencia, pero no pueden impedir por sí mismas las tendencias sociales».

      En Honduras se asocia “la podredumbre social” a dos eventos culturales: la educación y la abolición del servicio militar obligatorio. Estos procesos han llevado a ideas desacertadas como la pena de muerte. Pienso que estas diatribas generan miedo, convulsión social y un mayor distanciamiento entre las personas y que al mismo tiempo incide en la no construcción de solidaridad humana entre la población.

      Calidad para 9 millones de hondureños

      Tomando en cuenta que no hay dos personas iguales y buena parte de estas se ubica en contextos de marginación, urbanidad, generación, intelecto e intereses diferentes. El concepto de calidad es algo realmente complejo que no puede determinarse a priori.

      Para muchos la calidad es tener un “cartón” para ser competitivos en el mundo laboral. Si a esto aunamos la desvalorización de la educación, se necesitan varios “cartones” o títulos académicos para acceder a los trabajos más fundamentales. Sin embargo, esto es calidad pues amerita, certifica y abre puertas. A pesar que no necesariamente abre las oportunidades del pensamiento crítico.

      Y es curioso que a pesar que esto no es calidad, sigue siendo útil pues aun en un sistema educativo dañado con un magisterio crónicamente deprimido, muchos individuos producto de este salen adelante y contribuyen. No todo es malo, sin embargo, puede ser mejor. Bien se establece que la educación es la vanguardia de la cultura. Pero esta debe ser transmitida.

      La vanguardia de la cultura

      En un reciente viaje a las ruinas de Copán, tuve la oportunidad de conversar con un guía del parque arqueológico con más de 45 años de experiencia en la guianza quien me comentó: Personalmente me gusta más guiar grupos de extranjeros porque se interesan por lo que tengo que decir, los hondureños quieren irse lo más rápido posible pues no tienen interés en ver las piedras.

      Pienso que la carencia de interés por la cultura viene en parte de los embates de la colonialidad y el fracaso de la educación por transmitir estos conceptos de una forma empoderada, real y con la intención de forjar orgullo por lo que hemos sido siempre. Solo del Norte y lo blanco es lo bueno, esa en parte es la persecución de la cultura.

      Así, la cultura debe ser transmitida a aquellos que son parte de, a aquellos que viven en las circunstancias de la cultura viva y que al mismo tiempo son sistemáticamente ignorados. La educación de calidad debe enfocarse a reforzar lo que es cada quien y no a aspirar a cosas imposibles.

      La educación debe enfocar su vanguardia en asentar la importancia de intentarlo por el país, por su familia por el vecino, porque así todos construimos solidaridad y un futuro más acertado en un ambiente incierto.

      La dualidad, lo ambiguo y la necesidad de ello

      La calidad es una fracción de la realidad que se adscribe a lo que se interpreta, se necesita y se utiliza, por ende, no es una totalidad del hecho y nunca podría serlo a partir de diversas connotaciones de la cultura y la realidad.

      Sin embargo, dentro del concepto de la calidad es mejor tener alguna idea de que puede ser a simplemente tener nada y trabajar de manera azarosa. La calidad siempre será subjetiva a partir de la intención política de la educación, el propósito mercantil de la educación y las necesidades de la sociedad. Pero, muchas veces las necesidades de la sociedad no siempre son consideradas y estas se limitan al concepto de las necesidades individuales.

      La calidad como conclusión

      Si aceptamos que la calidad en la educación se adscribe a la construcción de la solidaridad y las herramientas para salir adelante en un mundo incierto, el modelo educativo debe trascender el sistema bancario y evaluar de manera cuantitativa hacia una forma holística que comience a concentrarse en cambios estructurales en el pensar del individuo y la forma en que trabaja con sus compañeros de clase.

      La solidaridad personal y con los conexos produce una calidad humana que incide en la solidaridad planetaria. Esta solidaridad, plasmada en el aspecto social, cultural y ambiental produce mejores rendimientos.

      Literatura utilizada en la reflexión

      Bondarenko, N. (2007). Acerca de las definiciones de la calidad en la educación. Educere 11(39):613-621

      Orozco, J., Olaya, A. y Villate, V, (2009). ¿Calidad de la educación o educación de calidad? Una preocupación más allá del mercado. Revista Iberoamericana de Educación, 51:161-181

      El profesor: sus roles, su formación, sus relaciones en el contexto social

      Posted in Literatura Mental on 25 noviembre 2022 by Luis Daniel

      Introducción

      Existen maestros estrictos, existen maestros dóciles, existen maestros amargados y existen maestros libertarios. Podría parecer que las circunstancias particulares en las que el maestro se desenvuelve en su día a día, determinan la calidad espiritual de su cátedra.

      Personalmente me considero un maestro libertario, admito que me permito demasiadas libertades didácticas en aras de mantener a mis estudiantes estimulados en las clases que les sirvo. Estas consideraciones de mi actuar docente me llevan a una permanente crítica de mi profesionalismo, ¿acaso este estilo es correcto? ¿Estaré enseñando o me siguen el juego para salir avante con una clase “fácil”? ¿Me estaré engañando como maestro?

      Para intentar resolver la pregunta de este ensayo, he copiado el título sugerido y realizado una pesquisa directa y he leído los primeros documentos que me han aparecido. Comparto mi construcción emotiva y racional a continuación.

      El pastor del rebaño

      Indiscutiblemente, una de las cualidades de un docente es la capacidad de enseñar de manera eficiente y el gusto por el proceso de enseñanza-aprendizaje. De esta manera, podría establecerse la funcionalidad de la escuela Normal y las universidades pedagógicas como sitios para la formación de docentes especializados. A pesar de, existen docentes preparados que detestan su labor y en consecuencia a sus estudiantes.

      Quizás estas personas la docencia no debió ser su misión en la vida, o al menos no una labor particular de atender personas. Al mismo tiempo, existen personas que no se formaron como docentes y en el camino sintieron el deseo por la enseñanza y así, orientaron sus pasos hacia los procesos de enseñanza.

      Lo que quiero decir es que un docente no nace. Si, existen personas que desde pequeños saben que desean educar, otros se enteran en el camino de la vida. Y es en este despertar a la realidad, a la necesidad, a las circunstancias particulares que la misión se define.

      En un centro de enseñanza se puede encontrar docentes motivados, algunos decepcionados, otros sumidos en miríadas de vicios y demás. Pero estas circunstancias son paralelas a cualquier otro ámbito laboral. Los docentes siguen siendo personas después de la jornada escolar. La clave para salvar estas vicisitudes de la realidad y la cotidianeidad está en auto comprenderse como individuos susceptibles de error y enmienda, así como de una autoridad que forje continuamente al docente en su espiritualidad. Y, a la vez coordine de manera adecuada el actuar educativo para que de esta manera la educación mantenga el propósito de educar y formar a los ciudadanos del hoy y el mañana con docentes que actúan con rectitud y responsabilidad (Prieto, 2008).

      El transmisor de conocimiento

      Covarrubias y Pina (2004) sugieren que lo que ocurre con la enseñanza no se puede descubrir en lo abstracto, sino en la interacción misma de todos los elementos que intervienen en esa práctica. Sin embargo, la educación se enfrasca en la persecución cartesiana y la evaluación cuantitativa para demostrar y validar la educación bancaria institucionalizada en todos los niveles.

      Se espera del docente un autómata, sin sentimientos, dispuesto al sacrificio y lo necesario para educar. Un soldado por la educación que siga órdenes. Pero la educación está basada en sentimientos, cualidades y particularidades en cada contexto. Y al considerar las inteligencias múltiples ante el docente, se determina que no todos son capaces de enseñar de la misma forma, pero todos pueden dar similar entrega y resultados al tener las circunstancias favorables en ambientes adecuados.

      El catalizador social y el objeto de la rebeldía

      Si la educación comienza en el seno del hogar, la escuela viene siendo una extensión visceral de la casa. Un microcosmos de la realidad a la que el estudiante se enfrentará en la vida. La forja de amistades, la intriga entre rivales y el sufrimiento del acoso son pequeñas pruebas de contextos de realidades en la vida adulta.

      El maestro es entonces una entidad por la justicia, la rectitud y el equilibrio entre las circunstancias que se manifiestan en el salón de clase. Un profesor ético, transmite valores éticos. Un profesor propenso a la corrupción sugiere a sus estudiantes la descomposición social. Se aprende lo que se observa y se practica lo que se observa.

      García-Rangel et al. (2014) comentan que la educación está fundamentada en la cordialidad y el respeto de dos agentes en el salón de clases y que estas relaciones se influencian a partir de las personalidades, el interés y la disposición de las partes ante el proceso. Así, maestros poco motivados llevarán a resultados pobres, a la vez que estudiantes hiperactivos con cualidades no aprovechadas serán tildados de problemáticos.

      Aquí surge un contexto interesante y es el de la rebeldía implícita del joven ante la autoridad. El docente se transforma en el enemigo de la libertad, de la posibilidad del sosiego y el resarcimiento del educando. El docente es la figura crítica que se debe derrotar. De esta manera existen diversos escenarios de los estudiantes tomando venganza de los docentes crueles. ¿Podría esto ser el fundamento de posteriores movimientos rebeldes y críticos del sistema?

      El especialista a la mano

      Por último, el docente es una autoridad en si misma. Quizás en su miseria ha perdido su propia auto construcción emocional y se siente perdido en una miasma política que constantemente le traiciona y le derrota. Sin embargo, es el togado y lo más cercano que muchos estudiantes estarán de un científico.

      El docente es autoridad si, pero autoridad moral. El docente es una persona como sus educandos. El docente es un padre como sus estudiantes tienen padres. El docente es autoridad si, quizás pequeña, pero en ese microcosmos particular de su salón de clases puede cimentar la democracia y la solidaridad en la otredad de la realidad.

      Ideas finales

      Es garantizado que intentar construir un modelo estándar de docente es básicamente imposible. Imposible ante la multiculturalidad, etnicidad, circunstancias, personalidades y necesidades particulares del contexto educativo. Hasta podría considerarse que, de existir únicamente un estándar docente, la educación inevitablemente se estancaría al perder esa sazón de innovación y rebeldía.

      Considero que para una educación saludable se necesita del carácter de cada tipo de docente según sus cualidades de la personalidad. Sin embargo, sin considerar el contexto social, de genero y preferencia sexual del docente; así como la disciplina que imparte y el rigor que exige a sus discentes, la educación debe basarse en el respeto, entendimiento y la otredad fundamental para construir la solidaridad que llevará a la humanidad a trascender en la incertidumbre del siglo XXI.

      Referencias

      Covarrubias, P. y Piña, M. (2004). La interacción maestro-alumno y su relación con el aprendizaje. Revista Latinoamericana de Estudios Educativos, 34(1): 47-84

      García-Rangel, E. García, A. y Reyes, J. (2014). Relaciones maestro alumno y sus implicaciones en el aprendizaje. Ra Ximhai, 10(5):279-290

      Prieto, E. (2008). El papel del profesorado en la actualidad. Su función docente y social. Foro de Educación, 10: 325-345

      Cinco características del docente y el discente desde el paradigma cientificista, mecánico y academicista ante el paradigma ecológico, emergente y holístico

      Posted in Literatura Mental on 18 noviembre 2022 by Luis Daniel

      Introducción

      Definir un paradigma es complejo, es necesario interpretar diversos componentes. En modo sucinto, un paradigma es un modelo arquetípico en el que la ciencia se cimenta para resolver los fenómenos inherentes a su objeto de estudio.

      A través del tiempo, la humanidad ha pasado por diversos paradigmas y al mismo tiempo puede encontrarse trabajando en más de uno a la vez, especialmente en el tercer mundo donde consumimos información más que producirla. De esta forma, muchas disciplinas como las ciencias naturales y la pedagogía no trabajan bien de la mano pues ambas trabajan en distintos paradigmas que muchas veces no son reconciliables entre sí.

      A continuación, rescato algunas ideas de dos paradigmas en los que comienzo a detectar he trabajado como profesional de la biología y como profesional de la docencia superior. Los ejemplos que sugiero vienen directamente de mi experiencia a través de la vida.

      El docente cientificista, académico y mecánico

      En los pasillos de la escuela de Biologia de UNAH se recuerdan frases dichas por los maestros como “publica o perece, biólogo que no hace ciencia no es biólogo”. Con este axioma se forma a una juventud. Sin querer, la frase es una inducción sutil al paradigma cientificista y académico.

      De esta manera, el docente inserto en este paradigma es absoluto, es autoridad, imposible de desafiar, la verdad que emana de su criterio no puede cuestionarse. Su ego es tan omnipotente que si bien, sus clases potencialmente pueden ser asombrosas y enriquecidas, paralelo a esto puede la arrogancia manifestarse. Así, cualquier estudiante fuera de este concepto se siente derrotado al no poder sentir muchas veces sus dudas no resueltas.

      Es un maestro que al hacerle preguntas contesta con otra pregunta. Lo cual en si mismo no es malo pues en eso se basa la mayéutica, pero a la vez puede derrotar el espíritu del estudiante al sentirse humillado. Esta humillación puede desilusionar. Muchas veces, los estudiantes desilusionados son los que no son capaces de amoldarse a ese paradigma particular.

      El estudiante cientificista, académico y mecánico

      Por su lado, el estudiante que navega este paradigma tiende a ser lo que en Honduras llamamos “garrotero” es decir, utiliza un fuerte componente memorístico para lograr sus objetivos. Esto en parte porque al ser una cultura científica que más consume información que producirla, el estudiante que participa de este paradigma tendrá la necesidad inherente de tener un promedio académico considerable y de esta manera acceder a cursos, becas y posgrados.

      Es un estudiante que gusta del seguimiento de protocolos, procesos y actividades con un inicio y fin establecidos. Puede ser un estudiante con elevada capacidad analítica, pero con poca capacidad para resolver problemas inmediatos que exijan una solución acertada. Como profesional tiende a ser una persona orientada a la ciencia y a la producción.

      El docente emergente, ecológico y holístico

      El docente que trabaja en un paradigma diferente presenta la tendencia de ser considerado rebelde, irresponsable y “metido en su mundo” por la cualidad de no estar insertado en el paradigma mecánico. Inmediatamente parece estar fuera del contexto. Pero, al considerarle dentro del paradigma emergente, es una consecuencia normal su actuación.

      El docente emergente presenta efectivamente una apariencia más relajada, mayor confianza en sus estudiantes, sus exámenes tienden a ser sencillos pero cargados de un elevado sentido de auto crítica, introspección y escenarios de resolución de conflictos y escenarios de la vida real. Es un maestro que dedica parte de su cátedra en asociar la disciplina que enseña con los contextos cotidianos e intenta que el estudiante entienda procesos complejos como: las caravanas migratorias y su relación con el cambio climático, entre otros temas.

      Es un profesor que se interesa por la realidad de sus estudiantes, les humaniza e intenta conversar con ellos, a lo que parece entonces que el maestro es “confianzudo o llevadero” al analizarlo desde el mecanicismo, pero desde el holismo seria un maestro que trabaja desde la construcción de criterio humano.

      Si bien, algunos estudiantes reservados o afines a procesos se sentirán perdidos en su clase al ver demasiadas libertades implícitas en el salón de clase o verse obligados a participar en espacios pedagógicos que solicitan mucho de su opinión y punto de vista.

      El estudiante emergente, ecológico y holístico

      Intento pensar en las características de este estudiante y recuerdo un compañero en especial durante la universidad que siempre tuvo la intención de hacer las cosas de manera diferente, carecía del egoísmo que caracteriza al estudiante mecanicista que gusta de competir.

      Es quizás un estudiante que gusta de leer temas no necesariamente asociados a su esquema de estudio. Por ejemplo, un estudiante de biología consumiendo libros de geopolítica. El estudiante en este paradigma presenta un acertado componente social y persigue los derechos humanos, del ambiente, de los desamparados, de los animales. Es un estudiante que no está conforme con la realidad. Es un estudiante apreciablemente rebelde, con voz y criterio y que es muy posible verle envuelto en protestas estudiantiles

      Ideas finales

      Todo se puede entender ante la óptica del paradigma. En algún momento, antes de incursionarme en la pedagogía le dije a un colega: Vos y yo estamos en escuelas de pensamiento diferentes, al no estar de acuerdo en criterios acerca de algún tema relacionado a la biología. Ahora que lo pienso, mi colega es mecanicista y esto para el funciona, mientras que yo soy holista y para mi funciona.

      Dentro de la biología (y quizás en otras ramas de las ciencias naturales) a nivel de pregrado, es casi nulo los conceptos de paradigmas y ciencia normal que son tratados. Pienso que la introducción de estos conceptos en la educación superior puede servir mucho para orientar al estudiante hacia metodologías, propuestas y diferentes esquemas que se acomoden mejor a sus criterios, inteligencia emocional y cosmovisión.

      Si todos pensáramos igual, sería muy aburrido. La solución de los problemas del mundo necesita de un abordaje multi e inter disciplinario. Por lo que trabajar en diferentes paradigmas es adecuado de acuerdo al esquema particular. Un abordaje mecanicista puede no ser el ideal para resolver asuntos sociales, mientras que un abordaje holístico no siempre será del todo adecuado para resolver ciencias exactas.

      La invitación está en mantener una posición equilibrada entre la forma que enseñamos a nuestros estudiantes y darles la capacidad de poder decidir su accionar de acuerdo a sus propósitos.

      Lectura de El Punto Crucial, Fritjof Capra

      Posted in Literatura Mental on 17 noviembre 2022 by Luis Daniel

      Introducción

      Dentro de los recovecos de la educación superior a nivel de posgrado, he encontrado fascinante como miembros de la comunidad científica y en especial aquellos que en su formación trabajaron en el campo de las “ciencias duras”, después de muchos años de navegar paradigmas mecanicistas trascienden de una forma espectacular a perseguir teorías del todo.

      Richard Dawkins, Richard Feynman y ahora Fritjof Capra me han aportado ideas cruciales que motivan mi trascendencia particular. Pues, como profesional de la biología, insertado en un positivismo rígido en mi formación de pregrado, encontrar estos asideros epistemológicos me dan la confianza de continuar mi acercamiento a una propuesta holística del conocimiento sin sentirme amenazado de defraudar la ciencia dura en la que me formé como científico. O al mismo tiempo, sentirme menos ante mis colegas por trabajar en un paradigma diferente que ellos no reconocen.

      En las siguientes líneas, pondero alrededor de las ideas que mas me han cautivado dentro de la lectura de el punto crucial de Fritjof Capra.

      La ciencia clásica consideraba la naturaleza como un sistema mecánico compuesto de constituyentes elementales

      Aun en la década de los 2000, y por que no decirlo, en la actualidad, la enseñanza de la biología, la evolución y la propia conservación de los organismos se rige por el concepto de especie. Único, particular, exacto, individual. Si bien, la conservación de las especies es un loable emprendimiento para los profesionales de la biología, la persecución aislada de este, derrota el propósito pues todas las especies están conectadas por una miríada de relaciones que no logramos atisbar aún.

      El concepto de la conservación por ecosistemas, ha sido un concepto novedoso dentro de la biología en los recientes años, el cual sigue intentando conectar con las personas que trabajan en este medio. Al mismo tiempo, considere esto: si es el biólogo que está en el campo, el llamado a entender estos conceptos porque los vive, los siente, los observa en su trabajo y aun así tarda en asentarse la idea. ¿Cuánto trabajo más será necesario para que los simples mortales, ajenos a esto lo puedan captar?

      El desarrollo del cáncer implica procesos psicológicos y biológicos interdependientes; que estos procesos pueden ser reconocidos y comprendidos; y que la secuencia de acontecimientos que llevan a la enfermedad se puede invertir para hacer que el organismo recupere la salud.

      Admito que este es un tema que me ha llamado mucho la atención desde hace algún tiempo. Personalmente, no considero el cáncer como una enfermedad, más allá de que la obesidad es una enfermedad. Si bien existen patrones, tendencias y predisposición genética, todas estas son acrecentadas por el estilo de vida. Y es, a partir de la modificación del estilo de vida que las tendencias pueden replantearse.

      De esta forma, el individuo consciente, pero realmente consciente de que está aumentando de peso por una carencia de ejercicio, mala dieta o ansiedad puede revertir su tendencia al disciplinarse. Así, el paciente de cáncer puede cambiar su estilo de vida y mejorar de manera integral su estilo de vida.

      Sin embargo, vivimos en una sociedad que estimula el temor, la ignorancia y el resarcimiento en el materialismo compulsivo y la medicina de las grandes farmacéuticas. De esta manera, pruebas para la detección temprana de cáncer en personas saludables, únicamente aumentan la predisposición de las personas al temor, a la muerte y a la resignación de la medicación.

      Así, la sanación “new age” califica muy bien dentro de un cambio de paradigma hacia una transformación integral de como calificamos nuestra salud. Sin embargo, al igual que con la conservación, son ámbitos que su aceptación en la ciencia normal se vuelve aletargados.

      A pesar de que los médicos tienen un poder considerable para influir en el sistema de asistencia sanitaria, también se hallan muy condicionados por él… y, como reciben muy poca información sobre medicinas que no sean comerciales, tiende a estar excesivamente influidos por la industria farmacéutica.

      La medicina, la biología, la física, la ingeniería, la industria militar y prácticamente todo emprendimiento de la humanidad se encuentra acertadamente influenciado, determinado y constituido por las directrices de una mano oculta que mueve la economía a nivel planetario. Y esta mano es la que hace y deshace, construye la medicina al impulsar la enfermedad, destruye el planeta y culpa a terceros y vende armas a ambos bandos. Todo en el propósito del enriquecimiento y el crecimiento económico.

      Si bien, existe una diversidad de paradigmas, tendencias y conductas, todas de otra forma están bajo el yugo de un capitalismo mordaz, atroz y destructivo.

      La física moderna puede demostrar a las demás ciencias que el pensamiento científico no tiene necesariamente que ser reduccionista y mecanicista y que también las ideas holísticas y ecológicas tienen una base muy sólida

      Es muy curioso considerar esto. Mucho antes del establecimiento de los axiomas modernos de la física, los alquimistas y filósofos naturales intentaban dar una explicación a los fenómenos que podían apreciar y al no tener el poder de ver más allá al carecer de equipos avanzados, utilizaron el poder de su imaginación para trascender en su comprensión. Hoy, en el año 2022, comprendemos el concepto de la materia oscura, el cual perfectamente encaja con el quinto elemento de la materia para los alquimistas: El éter.

      Si los físicos, siendo los garantes de la madre de la ciencia, pueden asistir a la humanidad a trascender en este tipo de cosas, la sociedad puede acercarse más a comprender el universo. Y no hay ningún problema que la ciencia continúe trabajando en su paradigma particular para poder resolver las preguntas de manera eficiente. Pero, la oportunidad surge en abrazar la oportunidad de trabajar en paradigmas distintos a la vez. Uno para la ciencia dura y otro para la interpretación humana, racional y holística de estos fenómenos de manera que sean asequibles a las masas. El trabajo de físicos como Michio Kaku y Neil de Grasse Tyson son apreciables garantes de esto.

      Para adoptar un concepto tan holístico y ecológico de la salud, tanto en la práctica como en la teoría, es necesario cambiar radicalmente los conceptos actuales de la medicina y también reeducar al público

      Retorno al concepto del miedo y la ignorancia. Existe una frase peculiar: La ignorancia es dicha. Es muy común ver personas con hipertensión, diabetes y demás padecimientos metabólicos, encadenados a sus medicamentos, pero en una lascivia y descontrol de sus estilos de vida. Convencidos de que la medicina les salvará, pero incapaces de hacer el mínimo esfuerzo por cambiar sus comportamientos.

      Para reeducar al público, este primero debe despertar de su sueño en laureles, tomar una razón para existir, determinar las entidades que se enriquecen a partir de su sufrimiento y decadencia y así, colectivamente despertar a otras personas.

      Ideas finales

      Hace 2300 años dilucidaron no solo la redondez del planeta sino aproximar su circunferencia. Hoy, en una sociedad planetaria, globalizada y con información instantánea, que existan tierra planistas es una abyección a más de 5000 años de propósitos educativos. Pero, al mismo tiempo, es un ejemplo de la facilidad con la que se puede manipular al ser humano.

      En la edad media se instituyó el miedo dogmático, en la actualidad el miedo por el cataclismo planetario reforzado en un hedonismo para olvidar y no pensar en ello. Parece que las corporaciones se enfrascan en mantener a la sociedad amarrada en su sufrimiento para enriquecerse de ello mientras les venden cosas sin sentido que refuerzan felicidades fugaces.

      Quizás sea tarde para la humanidad como la conocemos o tal vez estamos en el momento adecuado para realizar ese salto hacia un diferente estado de conciencia social. Quizás sea tarde pues desde la antigüedad los conceptos holísticos y ecológicos han venido siendo arrastrados por filósofos, pedagogos y pensadores, pero estos conceptos, prácticas, políticas y sociologías se rehúsan a anclarse en el imaginario y cosmovisión.

      ¿Somos tan egoístas? Será esto el requisito universal para un nuevo paradigma ecológico planetario. Pienso que sí. Y es por esta razón que considero la humanidad está tarde en la carrera. ¿Desaparecerá la especie humana? La biología mecanicista me ha enseñado que la vida es harto caprichosa y encuentra la manera de continuar sus procesos, empero, tiempos complejos se acercan para el hombre.

      Cabe la posibilidad de un “reinicio” ante la catástrofe planetaria tal como en la posteridad de la edad de bronce a la edad de hierro. Sin embargo, ¿estamos dispuestos a perder la tecnología y ciencia adquirida en este tiempo? Parecen preguntas fuera de lugar, ante escenarios que deseamos no se presenten. Pero están pasando, día a día, año tras año. El fin no es espontáneo, es gradual, con protocolos y productos desechables ingentes del capitalismo.

      Referencias

      Capra, F. (1982). El punto crucial. Simon & Schuster. New York.277.