La Fuerza

Posted in Uncategorized on 20 May 2023 by Luis Daniel

La Fuerza pertenece al orden natural de las cosas del mismo modo que las estrellas y los planetas, o la propia vida. Es un campo de energía generado por todas las cosas vivientes, que todo lo rodea y penetra, uniendo al universo. La Fuerza es una fuente de energía creada por todas las cosas, es en síntesis la energía del todo. La fuerza influye en los acontecimientos del equilibrio del universo.

Toda la vida se refleja en la Fuerza, del mismo modo que los objetos físicos del mundo real proyectan sombras y la gravedad inunda el espacio. Para algunos, es un campo de energía imperceptible que representa la suma de toda la creación. Otros la ven como una entidad en sí misma, eterna, infinita, incognoscible, pero que todo lo sabe.

La Fuerza refleja el equilibrio del universo. Concentra la vida y la muerte, la creación y la destrucción, y posee tanto un lado luminoso que representa la paz, la esperanza y la fe, como un lado oscuro que representa el miedo, la ira y la corrupción. Estos dos lados están siempre presentes, en constante lucha por el equilibrio dentro del universo y dentro de cada forma de vida independiente.

La Fuerza fluye por toda la materia y es aprovechada por seres descritos como «sensibles a la Fuerza». Esta sensibilidad a la Fuerza es atribuida a diferentes causas. La sensibilidad a la Fuerza es vista desde un sentido metafísico y espiritual. Los seres sensibles a la Fuerza son capaces de aprovechar la Fuerza para efectuar todo tipo de actos así como controlar y moldear el mundo a su alrededor. Este talento es descrito como la posesión de una fuerte «aura» de la Fuerza.

Con la Fuerza hay dos caminos y todos los que acceden a sus poderes deben eventualmente escoger uno, nada en el medio. Uno es la justicia, el conocimiento, la compasión y la serenidad del Lado Luminoso. El otro sendero es el miedo, el odio la ira y la agresión del Lado Oscuro. Ambos ofrecen igual poder y son parte de un orden natural, que crea y destruye en un balance universal. La diferencia reside en que el Lado Oscuro es un camino mucho más rápido al poder que sin embargo siempre lleva a la amargura, la soledad y eventualmente a la destrucción. Mientras tanto el Lado Luminoso requiere paciencia, y control pero ofrece recompensas invaluables, como conocimiento, justicia y hasta vida más allá de los años. El poder de la Fuerza no es gratuito. Ese poder crea una gran tentación de pasarse al Lado Oscuro. Fácil de caer en él es y da más sensación de poder en un primer momento, pero pasa factura al cuerpo y a aquellos alrededor.

A menudo se asocia, la sensibilidad de la Fuerza con los Jedi y su control de esta no es lo que les brinda su singular filosofía, la Fuerza está presente en todos y es decisión del individuo perseguir las enseñanzas de esta Filosofía. La enseñanza no es más que un resultado de la misma Fuerza.

El objetivo de la filosofía Jedi no es sólo obtener el máximo poder de la Fuerza, sino dotar a los sensibles a ella de las herramientas interiores suficientes para no sucumbir a la sensual influencia del Lado Oscuro, dejando de lado todo odio, ira, miedo, tristeza, etc.

De hecho, la Filosofía Jedi se basa en el control del pensamiento y de las emociones, como sentir antes de pensar, y se centra más en obtener la sabiduría mediante profundas meditaciones. Y se centra también en la absoluta devoción y obediencia a la voluntad de la Fuerza. Además, un Jedi sólo es leal a la Fuerza, y a sí mismo, por este orden. se instruye en tener cuidado con las lealtades externas. También se enseña que incluso los sentimientos positivos como el amor pueden obstaculizar en gran medida sus obligaciones como Jedi.

PRINCIPIOS VARIOS DE LA ORDEN JEDI
• Los Jedi son los guardianes de la paz.
• Los Jedi usan sus poderes para defender y proteger, nunca para atacar a otros.
• Los Jedi respetan toda vida, en cualquier forma.
• Los Jedi sirven a los demás más que gobernarlos, por el bien de la galaxia.
• Los Jedi buscan superarse a sí mismos a través del conocimiento y del entrenamiento.

CODIGO JEDI

1. No hay emoción; hay paz.

2. No hay ignorancia; hay conocimiento.

3. No hay pasión; hay serenidad.

4. Ni hay muerte; está la Fuerza.

5. Para utilizar la fuerza, el Jedi ha de mantenerse en armonía con ella. Actuar en disonancia agota su poder.

6. La Fuerza es creada y mantenida por la vida. El Jedi actúa para preservar la vida. Matar es malo.

7. No obstante, a veces es necesario matar. El Jedi puede matar en defensa propia, o para defender a otros. Puede matar si, al hacerlo, preserva la existencia de la vida.

8. Pero se ha de saber, siempre, que matar es malo. Cuando mata, comete un crimen contra la Fuerza. Aunque pueda saber que lo hace para un bien mejor, y este justifica bien su acto, también sabe que la muerte es una mancha en su espíritu.

9. El Jedi no actúa en provecho personal, ni para ganar riquezas ni poder. Actúa para ganar conocimientos; para mantener la libertad, la vida y el aprendizaje; para derrotar a aquellos que impusieron la tiranía, la muerte y la ignorancia.

10. A veces, se necesita riqueza o poder para conseguir los objetivos de los Jedi. Se necesita dinero para poder comprar bienes; se necesita poder para conseguir la ayuda de los otros. Para conseguir sus objetivos, un Jedi puede obtener riqueza o poder, pero no está interesado en esto para su propio provecho, y el poder lo cederá cuando se hayan conseguido sus objetivos.

11. Un Jedi nunca actúa por odio, furia, ni por agresión. Un Jedi ha de actuar cuando está tranquilo, en paz con la Fuerza. Actuar con furia es tentar al reverso tenebroso, arriesgando todo lo que defiende un Jedi.

Reflexión abierta sobre las políticas educativas

Posted in Literatura Mental on 21 marzo 2023 by Luis Daniel

La humanidad como especie se está hundiendo. A pesar de estar en un mundo conectado, las poblaciones humanas se encuentran aisladas y reducidas a sus prejuicios particulares. De esta manera, la especie pierde poco a poco la esperanza y es entonces incapaz de llegar a los objetivos del desarrollo sostenible. El miedo a la bancarrota, el miedo al fracaso, el miedo a la violencia y el miedo a prácticamente todo es latente y es, en parte, producto de un sistema educativo fracasado.

Vivimos en un mundo que el crecimiento se mide en rededor de la economía a expensas de la salud mental y calidad de vida de la humanidad. De esta manera, la educación ha perdido el camino, el propósito y hasta cierto punto la necesidad de existir. La gota ha derramado el vaso y el vaso se ha quebrado. La ruptura generacional y el propósito filosófico “de existir” es muy diferente en la juventud para continuar construyendo políticas educativas encaminadas a un mundo conocido pero que ya no es.

La educación debe trascender hacia lo que necesita el espíritu de la humanidad para continuar existiendo como especie y no como una educación encaminada a justificar el modelo de crecimiento económico. En este aspecto, el benchmarking es una herramienta que podría presentar una verdadera utilidad no solo desde la visión estratégica de la educación sino de la nación.

Sin embargo, para que cualquier cosa comience a tener sentido dentro de un esquema de benchmarking efectivo, se debe superar el obstáculo de la clase política y posteriormente de los intereses económicos ocultos. Así, se podría comenzar a dilucidar hacia donde se está encaminando la sociedad y rescatar lo funcional, mientras se corrige el sendero de otros aspectos.

Por ejemplo, dentro de un punto de referencia estratégico para la nación y la educación, claramente podrá determinarse la importancia de la educación técnica en contra de los bachilleratos profesionalizantes que muy pocas competencias entregan al graduando. Ahora bien, para que nuevamente esta premisa ancle, se debe superar la mentalidad social de que la persona con éxito es aquella que tiene una educación superior.

Más allá del currículo, es proponer una política que perdone el pasado y proponga evitar los errores del presente. El azar y la inacción en la educación como política es el equivalente a deliberadamente fracasar. Es necesario abordar currículos múltiples abordando los intereses de la sociedad.

Es necesario separar los esquemas educativos en sendos propósitos estratégicos para que la educación presente un verdadero propósito de hacer crecer la nación a través de la creación de ciudadanos calificados y en capacidad de atender los problemas imperantes del país. No es solamente producir ciudadanos para que abandonen el país y envíen remesas. Esta “política de Estado” que ha tomado cimiento en el país es de lo más denigrante que puede existir.

Así, la nación podría comenzar a comprender que no se necesitan miles de licenciados en administración que nunca emprenderán. Así, la nación podrá comprender que no se necesita ser abogado para emprender. Así, la nación podrá comprender dentro de un verdadero concepto de solidaridad social dejando atrás la manipulación de refundaciones y promesas vacías que solo apuntan a instalar más la crisis y sumergiendo más en el miedo.

Es un escenario desolado este de la tercera década del siglo XXI y en muchos aspectos es casi seguro que lo seguirá siendo pues no hay una verdadera intención de intentarlo por la clase política y la nación carece de una intención al perder en buena lid la esperanza. Es por esto que la educación de nuestros padres y la nuestra, no es adecuada ya para esta generación y las subsiguientes.

La educación no se ha actualizado, estuvimos en la víspera de una revolución educativa y literalmente “le tuvimos miedo al éxito”. Las estrategias educativas en su letargo, se acomodan como dinosaurios gigantescos en el lodazal de su propia desidia y desafíos no resueltos.

Una educación con espíritu, con sensación de destino, con propósito de acción. Una enseñanza que asista en la construcción de esperanza y curiosidad por sobrevivir en un mundo incierto. Una educación que enseñe a juzgar y eliminar la corrupción sistémica de la sociedad. Una educación que enseñe el orgullo por la tierra, por el cielo, por la vida. Una educación que no obligue a seguir estudiando para dar una sensación de logro.

Esta es quizás la última oportunidad de una niñez que cargará sobre sus hombres a los adultos productivos del presente. Esta es la última oportunidad de la humanidad.

Puntos de inflexión en la calidad universitaria estatal

Posted in Literatura Mental on 17 marzo 2023 by Luis Daniel

Luis D. Germer

Introducción

El benchmarking al ser aplicado con un propósito funcional es adecuado para el crecimiento organizacional. Permite a las entidades, –en el contexto de este escrito la universidad– comparar su desempeño con el de otras entidades líderes en su rubro. Esta comparación puede ayudar a identificar brechas en el desempeño y oportunidades de mejora en diferentes momentos.

A través de la comparación, las entidades identifican mejores prácticas ejecutadas por la competencia y así, las adoptan a su operación particular. Además, asiste en encontrar las fortalezas y debilidades con las cuales se construyen estrategias para mejorar la posición de la entidad en el mercado. El benchmarking puede ayudar a las entidades a identificar tendencias y cambios, lo que puede ayudar a informar la planificación estratégica y la toma de decisiones.

Sin embargo, la herramienta del benchmarking no siempre es tomada con buenos ojos al herir egos y determinar las debilidades de entidades que aseguran trabajar bien dentro de su propia línea. Esto puede ser particularmente cierto de la educación superior en donde existe severos fraccionamientos del esquema de trabajo.

Desarrollo

A partir de lecturas como sistema de benchmarking de competencias nucleares de universidades (Mindreau, 2000) se puede establecer que efectivamente, en la educación superior el benchmarking es una herramienta que tiene sentido para perseguir esa excelencia permanente en los procesos de enseñanza, administración, imagen y liderazgo institucional.

Sin embargo, al expresar a boca de jarro por ejemplo que UNAH es la mejor universidad de Honduras, es un axioma que puede estar harto de prejuicios, al establecerse en que es la universidad más grande y a la vez la más antigua de Honduras. Siendo este el caso, ¿será la mejor? Es seguro que dentro del contexto de Honduras es líder en algunos aspectos y eficiente en otros. Pero, la mejor quizás es una discusión compleja que amerita un inmenso análisis.

Marciniak (2016) sugiere que el benchmarking es adecuado para medir la calidad de la educación superior. De esta manera, al realizar una pesquisa sobre benchmarking de UNAH se pudo encontrar en el portal de internet una variedad de documentos sobre un benchmarking desarrollado en 2015. Como biólogo, me llamó la atención ver que se hizo alrededor de mi carrera universitaria. Sorpresa, el informe cargado es una inmensa tabla de Excel comparando una variedad de espacios pedagógicos versus universidades. Un documento de tablas que no apuntan a nada más que la información en bruto.

La metodología de benchmarking permite a la universidad conocer el nivel de la calidad de su educación en las áreas de plan estratégico, contexto institucional, agentes educativos, proceso de enseñanza-aprendizaje, material didáctico y plataforma virtual; por otra parte, apoya en el trabajo de elaboración e implementación de un plan de mejora continua de dicha calidad (Marciniak, 2016). A partir de esta idea, veo complejo que con este resultado expresado en el portal de UNAH para biología y el resto de programas ofertados se pueda llegar a una conclusión acerca de los atributos mencionados por Marciniak.

Mindreau (2000) comenta en distintos apartados de su tesis que los resultados de un benchmarking no necesariamente van a satisfacer a las partes interesadas pues estos inciden en una crítica constructiva que puede ser tomada como una afrenta personal a su performance. Esta crítica sugiere cambios inmediatos en el actuar para salir de las tendencias, lo que implica transformaciones organizacionales, de esta manera, el cambio alude al rechazo inmediato.

Al mismo tiempo, al ponderar sobre la operación de otras entidades, en muchos contextos se toma como copiar lo que otro hace. Esto es tomado de nuevo como una afrenta y una carencia de imaginación ante los retos. Sin embargo, la comparación y la copia, más allá de ser visto de forma negativa, es adecuado pues como primates, estamos expuestos a un aprendizaje permanente a partir de la observación y la replicación, al estilo de mono mira, mono hace.

Por último, en naciones extensamente burocratizadas y corruptas, el benchmarking se presta para encontrar –sin querer queriendo- los vericuetos de la corrupción institucional. Esto, va en contra de diversos grupos de poder. Estos grupos, muy poca intención tienen en el concepto de la mejora educativa, por lo que el benchmarking no es algo que pueda interesarles y para des fortuna de la humanidad, son estos grupos los que en muchas instancias toman las decisiones.

Personalmente, lo que más caló del análisis de Mindreau sobre el benchmarking y las competencias nucleares es que a través de este análisis se puede entrar de manera directa a la vanguardia determinando características de difícil imitación por la competencia. En mi experiencia como consultor, he visto esta característica al competir licitaciones en donde el producto agregado más allá de una reducción en oferta económica determina la adquisición. Sin embargo, en sociedades corruptas, el valor agregado y la vanguardia no necesariamente están en la mira del status quo al momento de la persecución de la calidad.

Argumentos

El primer argumento que pienso es este: “¿Cuál es el objetivo de la educación superior?” y al mismo tiempo, como se asocia con la calidad. Y me pregunta nace alrededor de la impresionante proletarización profesional existente. ¿En que asiste a la juventud perseguir una educación superior? solo para acceder a un mercado laboral saturado de profesionales. En este caso, la educación superior se prestaría para ser plataforma al acceso de posgrados y hacer al profesional ligeramente más competitivo. Al mismo tiempo la pregunta es siempre prevalente, ¿Cuál es la calidad del estudiante que accede a la educación superior?

A la vez, como puede un benchmarking servir en instituciones de educación superior en donde la administración se encuentra en buena parte desasociada de la docencia. Es decir, el docente sirve su espacio con libertad de cátedra, bajo las circunstancias y limitaciones que este determina sin la mayor supervisión, crítica o análisis antes-después. En el peor escenario, el rendimiento de un docente viene a ser criticado por el estudiante. Siendo así, ¿Cómo puede el benchmarking asistir a una entidad que presenta tantas variables, renuente al cambio, sorda a la crítica y acomodada en sus procesos?

Continuando con mi pensar alrededor de la biología, existe una frase dentro del argot de los biólogos que reza “el biólogo que no puede, es profesor”. Esta triste frase sugiere que el material docente no es el más adecuado, y efectivamente en muchos escenarios no lo es. Sin embargo, continuar con esta idea es entrar en temática de ética y profesión docente, temas que efectivamente podrían ser tocados en un análisis de benchmarking.

Argumento lo siguiente: El cambio debe ser vertical ascendente, es decir desde el salón de clase hacia la rectoría o vertical descendente de la rectoría al salón de clase. Y aduzco la palabra cambio pues un benchmarking señalaría lo que está funcionando y lo que se debe restructurar en el corto plazo. ¿O podría desarrollarse un benchmarking por facultades o por carreras o departamentos? De esta manera transformando pequeños espacios a la vez.

Una institución tan inmensa como una universidad estatal, transformaciones contundentes pueden ser complicadas debido al instalado aparato burocrático, mafias administrativas y esquemas de corrupción instalados. Al mismo tiempo, el rechazo al cambio a consecuencia de una fuerza de trabajo altamente desmotivada, viviendo de cheque a cheque reduce las posibilidades de que transformaciones reales se instalen.

Sin embargo, universidades privadas, orientadas a brindar un servicio, bajo la presión de atraer clientes si pueden estar más abiertas a un proceso de benchmarking y tener éxito en el mismo. Esta cultura capitalista de las universidades privadas no se encuentra en las universidades estatales. Podría ser consecuencia de ese currículo oculto de estar santificadas por el aparato estatal.

Algo que desde algunos años he pensado y lo veo como una idea a largo plazo, es establecer una oferta superior de la carrera de Biología en una universidad privada. Esta competencia contundente aplicada en una institución privada podría en buena lid, servir como punto de inflexión para esta carrera de la universidad estatal, pero es más posible lo tomen como lo toman todo como una crítica personal y a partir de esto satanizar, denigrar y criticar todo aquello que no viene siendo parte de la misma.

Conclusión

El benchmarking es una herramienta ideal para crecimiento de entidades de educación superior, siempre y cuando estas presenten una idea clara de cual es su propósito de existencia y labor. Al mismo tiempo, actitudes propositivas son necesarias dentro de la fuerza de trabajo y sobre todo un liderazgo fundamental con líderes orientados en el crecimiento de la entidad y capaces de consolidar la fuerza de trabajo como una tripulación eficiente.

Mientras los aspectos administrativos se encuentren desasociados de los aspectos docentes y existan jerarquías, la competencia, envidia y resentimiento harán que un benchmarking se diluya por las cualidades del empleado público. Asimismo, las múltiples condiciones viciadas de la administración de una entidad de educación superior pueden por si mismas deteriorar cualquier estrategia de benchmarking a partir de evitar que las transformaciones se apliquen para conservar el status quo.

Estas ideas expresadas se quedan terriblemente cortas ante lo que es un benchmarking, pero al mismo tiempo sirven de esbozo a culturas administrativas y procesos burocráticos imperantes en universidades estatales. Siendo este el caso, el benchmarking a nivel de la universidad, además de perseguir la excelencia en los procesos debe instalar el orgullo por la universidad, el propósito de esta ante la sociedad y el sentir del docente como una figura en la transformación de la nación.

Literatura citada en texto

Marciniak, R. (2017). El benchmarking como herramienta de mejora de la calidad de la educación universitaria virtual. Ejemplo de una universidad Polaca. Educar 53:1 171-207

Mindreau, J. (2000). Sistema de benchmarking de competencias nucleares en universidades. Universitat Politécnica de Catalunya. 429

La crisis de la legitimidad en un mundo incierto

Posted in Literatura Mental on 11 marzo 2023 by Luis Daniel

Un corto análisis de Daniel Germer para la posteridad y la incertidumbre

En la actualidad la crisis es la nueva normalidad. Sea esta crisis política, armada, social, ambiental. Todas generan incertidumbre y por si eso fuera poco, son cíclicas. Por ende, planificar a partir de la incertidumbre es una necesidad fundamental para proceder con los propósitos de la sociedad. Y el no estar preparado se convierte en una amenaza más dentro de las crisis.

La legitimidad de una estructura administrativa no necesariamente se asocia con la legalidad. Pero si se asocia con la confianza y la credibilidad. De esta manera, la legitimidad en una estructura se pierde cuando no se tiene la confianza de la población, lo que en consecuencia lleva a que no se empoderen de las ideas detrás de las estrategias y planificaciones que se construyan.

De esta manera, podría parecer que la planeación se enfoca directamente en la administración de los recursos humanos insertos en la burocracia. Así, la legitimidad se determina a partir de la capacidad del gobierno para mantener satisfecho a sus colaboradores. Esto sugiere la razón por la cual el prepuesto del Estado es invertido directamente en sueldos y salarios, dejando muy poca inversión para modernización y otros componentes de la planeación asociados al desarrollo.

Sin embargo, existen planificaciones sutiles y ocultas que sugieren inacción por parte del gobierno, pero que, dentro de esta aparente falta de visión y ejecución, trazan esquemas que obedecen a intereses perversos. De esta manera, aquel componente de la población no inserto en el aparato burocrático, pierde confianza en la legitimidad del gobierno.

Durante la crisis, el planeamiento es necesario para administrar los recursos de una forma eficiente y permitir que los objetivos se continúen logrando. A la vez, el concepto de crisis sugiere que una planificación rígida no puede funcionar en escenarios inciertos, sin embargo, puede planificarse ante esa incertidumbre cuando los objetivos son trazados de manera concisa y abierta, considerando diversidad de posibles escenarios. De esta manera, la incertidumbre debe afrontarse con un acento de curiosidad al futuro para poder sembrar esperanza.

Pero, la arrogancia de la clase política y la persecución del Poder sugieren que el control político y las soluciones técnicas no siempre van de la mano. Así, la legitimidad política imposibilita la efectividad de las soluciones técnicas. En repúblicas con aparatos políticos fuertes, las soluciones técnicas son aplicadas por el recurso humano menos calificado, lo que propende en un fracaso de estas aun cuando presenten un financiamiento apropiado.

Es posible planificar desde la crisis al modificar el planeamiento hacia escenarios flexibles, acotando a contingencias y con escenarios que avalen modificación de criterios en tiempos cortos a partir de resultados. Pero, para lograr esto se debe aterrizar en el criterio técnico y superar la ilusión del control político. Es necesario tener una previsión de lo que será el futuro tomado desde una aproximación a la realidad sin la consideración de prejuicios, promesas políticas y sendos sueños demagógicos.

Las decisiones políticas tienen una enorme influencia en la educación. A partir de la pérdida a de legitimidad en las decisiones del Estado, la educación pierde su valor económico y social al asociarse con una pérdida de tiempo. Esto es particularmente siniestro pues la educación es una inversión para la generación de capital humano.

Es necesario tomar en cuenta que en Honduras toda planificación se derrumba con la improvisación y la corrupción. Y a partir de esto, la credibilidad de la planificación está en su posibilidad de implementación a partir de recursos humanos y financieros disponibles, lo que se traduce en instituciones sólidas para ejecutarlo. Cosas que en Honduras no necesariamente suceden y la duplicidad de funciones es evidente.

A manera de cierre, la planificación desde la crisis es posible, es compleja debido a las limitaciones de recursos y capacidades, la incertidumbre y la necesidad de actuar con rapidez y flexibilidad para abordar los problemas. Se requiere una estrategia clara y realista que considere las prioridades y necesidades más apremiantes, y que involucre a todos los actores relevantes, incluyendo a la sociedad civil, el sector privado y las organizaciones internacionales.

Además, la implementación de políticas en un Estado en crisis puede requerir medidas adicionales, como la provisión de asistencia técnica y financiera por parte de la comunidad internacional, y la adopción de medidas para fortalecer la gobernanza y la transparencia en el uso de los recursos públicos. En definitiva, es posible planificar políticas públicas en un Estado en crisis, pero se requiere una estrategia cuidadosa y una ejecución efectiva para lograr los objetivos deseados.

Por último y a modo de corolario: La legitimidad y el desarrollo puede ser irrecuperable en crisis porque el caos y la corrupción son una escalera de oportunidades.

Aspectos espirituales de una política educativa idónea para la República de Honduras

Posted in Literatura Mental on 10 marzo 2023 by Luis Daniel

Una versión corregida y aumentada de las entradas más recientes.

¿Cuál es el propósito de la educación? Al determinar de manera explícita esta premisa se puede partir hacia la construcción de una política educativa. Sin embargo, en el tema educativo, todos tienen una opinión y algo que decir, sugerir, exigir y reclamar. De esta manera, diversas interpretaciones y puntos de vista se manifiestan de acuerdo a la forma que se considera es la necesidad y propósito de la educación.

En lo que respecta a la política educativa, es similar, se manifiestan diversas definiciones de que es, sin embargo, algunas se quedan cortas y otras se acercan más al meollo del asunto al insertar las palabras “conflicto, competencia y procesos complejos y plurales.

Aunado a esta introducción, la realidad de las sociedades capitalistas sugiere que la educación es de manera específica una escalera social sin la cual, el desarrollo individual no es alcanzable. Por ende, no importa cuál será el detalle de la política, las personas deben pasar por este proceso para ser alguien en sociedad, ser productivos y pasar del estado de oprimido a opresor.

La educación se encuentra sometida a una diversidad de actores que no siempre tienen propósitos en común y que a la vez no tienen idea de que hacen. Las políticas educativas más allá de estrategias sólidas, son hipótesis de trabajo al son de “Veamos si esto funciona” de acuerdo al color político, lo que se estima es el problema y lo que se cree puede lograrse en un tiempo determinado.

El problema educativo se encuentra inserto en el modelo económico y la intención forzada de transformar paradigmas a través de una lucha de clases desfasada, mal comprendida y de interpretación atroz. Estas inacciones ideológicas o quizás propósitos tácitos de la política exacerban el conflicto social, fragmentando la sociedad en pro del beneficio oculto de entidades tras bambalinas.

Podría parecer que, a finales del siglo XX, América latina pasó por un intento de salto paradigmático con las reformas educativas. Honduras quizás intentó llegar a esta celebración a partir de la construcción del Currículo Nacional Básico. Sin embargo, tanto para Honduras como el resto de América latina, reformar las cosas en papel no es lo mismo que actuar sobre lo escrito.

Es como la persona que necesita bajar de peso, compra una membresía de gimnasio, pero nunca va a hacer ejercicio. Sin embargo, paga esa membresía y eso ya es un éxito. Se ha trascendido el paradigma de una certidumbre y esperanza en sistemas educativos idóneos hacia una incertidumbre informada a partir de tropezar en la misma piedra una y otra vez.

Aun con la adopción de los gobiernos de América latina de que la educación es componente central en el desarrollo de la sociedad, temáticas muy fundamentales han quedado por fuera y es el concepto de la cultura y la sociedad. Es decir, las leyes y reglamentos son bonitos para los propósitos demagógicos y de éxito de gestión, pero el salón de clase y la cultura se encuentran diametralmente opuestos, no siempre, pero es tendencia.

Las políticas educativas buscan resolver problemas de décadas alrededor del asunto educativo, desde la descentralización, rendición de cuentas y empleabilidad por mencionar algunos. Empero, en esta política falta la discusión del “Ser”. Quizás este aspecto cualitativo no compete al esquema de las políticas públicas en educación.

Entonces, se actúa por lo que se puede medir, lo que se puede tocar, lo que se puede celebrar. Lo tangible se puede transformar en continuar en el poder. Pero, es necesario instaurar el Ser en la discusión pues quienes más piden un cambio en la educación son los que menos comprenden cómo funcionan los procesos políticos en la enseñanza: Las familias quienes son los principales interesados en desarrollo de sus vástagos.

La educación se mide en éxito de gestión, pero este éxito no necesariamente está reflejado en la satisfacción de necesidades en el corto y medio plazo de los discentes. Y así, a partir de ir adoptando pedacitos de diversas políticas, programas y demás, la educación se ha convertido en un mosaico de objetivos en el que el que más sobresale es la adquisición de un título para continuar estudiando en el siguiente nivel y llegar al nivel más alto posible en la carrera vertical de los ratoncitos.

Si la educación no trasciende el esquema de la escalera social, el concepto de una nación no puede ser construido pues se trabaja bajo el paradigma de “sálvese quien pueda”. Hoy más que nunca la inserción de la solidaridad en la sociedad se hace tan necesaria como las competencias de lecto-escritura. En cuanto a políticas educativas hondureñas, es imperativo conocer la realidad y conocer al hondureño, pero, sobre todo, comprender la ciénaga política en la que el país discurre. Y, de esta manera encontrar un norte acertado, un rumbo ideológico que permita avanzar del paradigma de la división social con una educación repensada, actualizada y unificada en propósitos.

Si el título de una política educativa se encuentra mal redactado, los objetivos no serán adecuados y la metodología será ajena a lo que se persigue, produciendo entonces resultados que no aportan al propósito inicial. Es necesario insertar el aspecto cultural en las políticas educativas para trabajar con la forma de pensar de la sociedad y no solo desde objetivos trazados desde esquemas que funcionaron en otra parte.

Una política educativa nacional, trazada por hondureños que conocen la realidad y la manera de pensar. Orientada a un país sin esperanza para recuperar un sentido y propósito por el cual intentarlo. En la política educativa hondureña es necesaria la esperanza, de esta manera insertando un propósito para la existencia del ciudadano en el mediano plazo.

Mientras la distracción política mantenga en sueños el criterio de las masas, la degradación social será tendencia. Por ende, dentro de esta política se debe establecer que la educación en su concepción mas fundamental es la persecución del conocimiento para el crecimiento personal y espiritual. Este crecimiento espiritual que propende en la responsabilidad profesional y ciudadana en construcción permanente de solidaridad.

Podría pensarse en una política educativa que enseña desde la crisis: Aprovechar la oportunidad de enseñar desde la realidad para saltar del problema a la solución. De la crisis y el sufrimiento general podría surgir el sentido de nación.

Pero, el Estado paternalista construye ciudadanos mimados o sicofantes según el lado del sector político. Esta tendencia es el impulso para reiniciar el ciclo de degradación.

La política partidaria persigue la permanencia en el poder, y a través de la demagogia se trazan objetivos incoherentes e inflexibles que tienden a la irresponsabilidad. Estos objetivos cobran el precio del tiempo, el acrecentado resentimiento y echar por tierra una nueva generación de hondureños perdidos en una miasma de promesas que para ser asequibles se debe recurrir nuevamente a la estrategia del “sálvese quien pueda”.

La deficiencia educativa no se encuentra solamente en el salón de clases, está además en el espíritu de la sociedad. El vivir de prisa en un capitalismo tardío lleno de sus satisfacciones inmediatas prohíbe la construcción de una nación en el mediano plazo. El propósito común de las masas es fundamental para erradicar la polarización y la política mesiánica.

De esta manera y a modo de cierre, la escuela es un microcosmos en donde todas las políticas educativas van a morir como la marea a los acantilados. A partir de todo lo comentado en el texto, la escuela representa un pequeño universo donde las influencias políticas, vicios y complejos de sus actores se manifiestan de manera tácita y explícita. Esto es consecuencia de la realidad local y la forma en que los hondureños han aprendido a sobrevivir y es a través de este liderazgo tóxico que se permite la construcción de dirigencias amañadas que en consecuencia refuerzan el deterioro de la columna educativa.

Si la política partidaria persigue la permanencia en el poder a través de diversidad de intenciones y elucubraciones, el dirigente escolar replicará lo que funciona en el sistema, desautorizando con artimañas que llevan a un eterno conflicto que aumenta la división y la necesidad de los ratoncitos de subir la escalera social para intentar escapar del sistema, la realidad y el país.

En conclusión, es necesario despolitizar la educación para que esta recupere su propósito inicial el que, según Platón, radica formar ciudadanos virtuosos y sabios que sean capaces de contribuir al bien común de la sociedad. Ciudadanos quienes son capaces de realizar su potencial humano y de servir al estado. Un futuro distinto es posible.

La esperanza es un componente fundamental

Posted in Uncategorized on 5 marzo 2023 by Luis Daniel

En la política educativa hondureña es necesaria la esperanza, de esta manera insertando un propósito para la existencia del ciudadano en el mediano plazo.

Mientras la distracción política mantenga en sueños el criterio de las masas, la degradación social será tendencia.

Enseñar desde la crisis: Aprovechar la oportunidad de enseñar desde la realidad para saltar del problema a la solución. De la crisis y el sufrimiento general podría surgir el sentido de nación.

El Estado paternalista construye ciudadanos mimados o sicofantes según el lado del sector político. Esta tendencia es el impulso para reiniciar el ciclo de degradación.

La deficiencia educativa no se encuentra solamente en el salón de clases, está además en el espíritu de la sociedad.

El vivir de prisa en un capitalismo tardío lleno de sus satisfacciones inmediatas prohíbe la construcción de una nación en el mediano plazo.

El propósito común de las masas es fundamental para erradicar la polarización y la política mesiánica.

Educationem et consilium

Posted in Literatura Mental on 4 marzo 2023 by Luis Daniel

En el tema educativo, todos tienen una opinión y algo que decir, sugerir, exigir y reclamar. De esta manera, diversas interpretaciones, puntos de vista y propósitos se manifiestan de acuerdo a la forma que se considera es la necesidad y propósito de la educación.

En lo que respecta a la política educativa, es similar, se manifiestan diversas definiciones de que es, sin embargo, algunas se quedan cortas y otras se acercan más al meollo del asunto al insertar las palabras “conflicto, competencia y procesos complejos y plurales.

Así, la educación al estar sometida una diversidad de actores que no siempre tienen propósitos en común y que a la vez no tienen idea de que hacen, las políticas educativas más allá de estrategias sólidas, son hipótesis de trabajo al son de “Veamos si esto funciona” de acuerdo al color político, lo que se estima es el problema y lo que se cree puede lograrse en un tiempo determinado.

Podría parecer que, a finales del siglo XX, América latina pasó por un intento de salto paradigmático con las reformas educativas. Honduras quizás intentó llegar a esta celebración a partir de la construcción del Currículo Nacional Básico. Sin embargo, tanto para Honduras como el resto de América latina, reformar las cosas en papel no es lo mismo que actuar sobre lo escrito.

Es como la persona que necesita bajar de peso, compra una membresía de gimnasio, pero nunca va a hacer ejercicio. Sin embargo, paga esa membresía y eso ya es un éxito.

Se ha trascendido el paradigma entonces de una certidumbre y esperanza en sistemas educativos idóneos hacia una incertidumbre informada a partir de tropezar en la misma piedra una y otra vez.

Ahora bien, considero que aun con la adopción de los gobiernos de América latina de la educación como algo central en el desarrollo de la sociedad, temáticas muy fundamentales han quedado por fuera y es el concepto de la cultura y la sociedad. Es decir, las leyes y reglamentos son bonitos para los propósitos demagógicos y de éxito de gestión, pero el salón de clase y la cultura se encuentran diametralmente opuestos, no siempre, pero es tendencia.

Las políticas educativas buscan resolver problemas de décadas alrededor del asunto educativo, desde la descentralización, rendición de cuentas y empleabilidad por mencionar algunos. Empero, no veo en esa discusión el “Ser”. Quizás este aspecto cualitativo no compete al esquema de las políticas públicas en educación.

Entonces, se actúa por lo que se puede medir, lo que se puede tocar, lo que se puede celebrar. Lo tangible se puede transformar en continuar en el poder. Pero, es necesario instaurar el Ser en la discusión pues quienes mas piden un cambio en la educación son los que menos comprenden como funcionan lo procesos políticos en la enseñanza: Las familias.

La educación se mide en éxito de gestión, pero este éxito no necesariamente está reflejado en la satisfacción de necesidades en el corto y medio plazo de los discentes. Y así, a partir de ir adoptando pedacitos de diversas políticas, programas y demás, la educación se ha convertido en un mosaico de objetivos en el que el que más sobresale es la adquisición de un título para continuar estudiando en el siguiente nivel y llegar al nivel más alto posible en la carrera de los ratoncitos.

En conclusión, si el título se encuentra mal redactado, los objetivos no serán adecuados y la metodología será ajena a lo que se persigue, produciendo entonces resultados que no aportan al propósito inicial. Es necesario insertar el aspecto cultural en las políticas educativas para trabajar con la forma de pensar de la sociedad y no solo desde objetivos trazados desde esquemas que funcionaron en otra parte. Una política educativa nacional, trazada por hondureños que conocen la realidad y la manera de pensar. Orientada a un país sin esperanza para recuperar un sentido y propósito por el cual intentarlo.

LA EDUCACION AMBIENTAL PARA EL DESARROLLO SOSTENIBLE

Posted in Literatura Mental on 24 enero 2023 by Luis Daniel

Escena: La humanidad en la segunda década del siglo XXI. Un mundo conectado. Toda la información necesaria a la orden, a un clic de distancia. El sublime capitalismo, producción sin fin. Comodidad y prosperidad traída a ustedes por una corporación multinacional. Los que fuimos niños alguna vez, quizás no sentimos que vivimos en el futuro de las caricaturas, pero es un hecho que el futuro llegó y flotamos en su tecnología.

Así, la educación ambiental se vino gestando desde hace más de 40 años en un mundo cada vez más conectado. Arengando alrededor de los peligros de un mundo moderno. Y en su aplicación ha sido efectiva, empero, la humanidad olvidó transmitir la solidaridad. Y en la cúspide del acceso a la información, la riqueza y la tecnología, perdimos una de las cualidades que nos asistió en la evolución y así convertirnos en humanos. La solidaridad.

    La educación ambiental ha sido efectiva en enseñarnos que tenemos un problema. Efectiva en demostrar que de no hacer algo el problema se acrecentaría. Efectiva en sugerir estadísticas de reducción de cobertura y aumento de concentraciones de gases.

    Efectiva en insinuar soluciones aplicadas en otras latitudes, sugiriendo el avance de culturas ajenas. Efectiva en abogar la importancia de los recursos naturales locales, pero sin una idea concreta en cómo protegerlos y apropiarlos. Efectiva en hacernos sentir impotentes ante un problema.

    La educación ambiental se encargó de satanizar a la industria por sus tendencias contaminantes, pero no nos enseñó como ejecutar la responsabilidad individual en el cuidado de la tierra. Nos enseñó a culpar.

    Y en la impotencia nos convertimos en pesimistas. Y la negatividad destruyó nuestros ideales y nos arrastró a aceptar cualquier cosa… Es que todos son iguales, es que todos roban.

    Todos conocemos la situación actual del planeta, todos sabemos la situación actual del lago de Yojoa por dar un contexto local. A nadie realmente le importa porque casi nadie sabe qué hacer y aun, los que saben que se debe hacer están conscientes que es una decisión política. Sabemos que hay un problema y de no solucionarse se acrecentará.

    Efectivamente estamos en una sociedad conectada, que vive de prisa, que genera riqueza a una velocidad impresionante. Y como especie, estar más concentrados en los procesos de producción de capital nos hizo inmunes al sufrimiento. El lago de Yojoa no me afecta, porque no vivo ahí.

    Vivir de prisa nos hizo Inmunes al dolor ajeno, inmunes a la pobreza, inmunes a un mundo que desaparece. Inmunes ante todo lo que no afecte mi parte de las ganancias. Conscientes de un mundo en problemas, pero demasiado compenetrados en aprovechar sus recursos para poder seguir el ritmo de vivir de prisa.

    Siendo este el caso, la educación ambiental funcionó. Pero al mismo tiempo, temprano vieron que el concepto de la educación ambiental quedaría corto y así, comenzaron con un nuevo concepto: Educación para el desarrollo sostenible.

    La educación para el desarrollo sostenible es actualmente la tendencia para abordar una crítica que podría generar soluciones ambientales. Sin embargo, aún no es integrada de manera acertada pues se piensa que la una es equivalente con la otra pues hablan de cosas similares. Y efectivamente, tocan temas similares, pero la educación para el desarrollo sostenible va más allá.

    Presenta una ventaja considerable que si es tomada en cuenta y empoderada por los docentes puede ser más efectiva. Esta ventaja es su plasticidad hacia la cosmovisión local. Es una educación que parte de preceptos y los desarrolla de acuerdo a la realidad específica que se desea transformar. Trasciende del cambio climático y los osos polares hacia el cambio climático y la vulnerabilidad local por dar un ejemplo.

    Empero, la educación para el desarrollo sostenible es mucho más. Para mí es: La ética, la esperanza y la belleza. Ética en nuestro actuar personal, social y planetario. Esperanza en un mundo mejor compartido para todos. En donde apreciar la belleza de la naturaleza es el componente fundamental para nuestra calidad de vida en sociedad.

    Y claro, efectivamente toco los temas de contaminación, cambio climático, degradación ambiental para dar un contexto general. Pero, insto enfocarme en: El materialismo compulsivo como una enfermedad, El egoísmo como una trampa, las cosas impresionantes que hacen los animales, cosas hermosas que he visto al estar entre la naturaleza, la solidaridad como un estilo de vida, la felicidad como una obligación.

    Al hablar de cambio climático les hablo sobre el colapso de la edad de Bronce hace unos 3 mil años intentando que asocien como estamos sometidos a repetir el pasado de no aprender del mismo. Considero de suma importancia la educación para el desarrollo sostenible a todo nivel y especialmente con los millenials, generación Z y alfas pues son ellos los que heredan este mundo en donde la generación X será acusados de los mismos errores que hoy se achaca a los baby boomers.

    Es necesario que la humanidad comprenda que la conservación del ambiente es un requisito para la economía. Es necesario que en otros ámbitos de la educación como la economía y las finanzas comiencen a enseñar el decrecimiento económico sostenible como la transición a una economía más pequeña con menos producción y consumo.

    Es necesario trascender de una cultura perversa, de “ultima hora”, de frenar para ver el accidente a una cultura de frenar para observar la belleza. Es necesario para el futuro superar el miedo y en especial la apatía. Es necesario para nuestros hijos y nuestro ocaso como personas superar el egoísmo y abrazar la solidaridad. Esto también es educación ambiental.

    En mi libro “El potencial” hablo precisamente como a través de tres componentes asociados a las aves se puede construir un mundo mejor. La recompensa, el recuerdo y la reflexión. La recompensa de ver un ave o tomarle una foto, el recuerdo de haberla visto y la extensa reflexión personal que conlleva, lo que Platón considera como el “conocimiento interior”.

    En Honduras, los observadores de aves han logrado trascender en la construcción de su conciencia ambiental utilizando el pasatiempo de la “pajareada o birdwatching”. La apreciación de la belleza en la naturaleza funciona. Ellos aprenden de manera autodidacta sobre las aves en su ambiente y el pasatiempo los transforma.

      Por lo tanto, conocer de segunda mano circunstancias ambientales que no son las locales puede presentar alguna referencia general, pero sin el contexto local, el aprendizaje propende en la eco ansiedad.

      Y la eco ansiedad es ese temor crónico a sufrir un cataclismo ambiental que se produce al observar el impacto aparentemente irrevocable del cambio climático y la preocupación asociada por el futuro de uno mismo y de las próximas generaciones.

      Insidiosamente, la educación ambiental se prestó como una herramienta para dilatar el éxito de un desarrollo sostenible muy ambiguo que no logramos apreciar ni comprender.

      El ser humano necesita recordar lo que ha sido siempre. Necesitamos acercarnos nuevamente a la naturaleza, sin miedo al lodo, a la lluvia, a los organismos que en ella habitan, a la oscuridad y el brillo del sol.

      La educación va más allá de memorizar, de recitar. La educación es asociar, criticar, transformar. La educación ambiental debe trascender a una educación para el desarrollo sostenible en donde el ser humano sea protagonista de su futuro individual.

      De lo contrario, la educación ambiental seguirá siendo una herramienta para el miedo, la apatía y el pesimismo. La solidaridad comienza conmigo y continúa con usted.

      Una educación planetaria y local que abrace el concepto ambiental y enfatice la colaboración, la empatía y el respeto a la naturaleza. Una educación que asista en regresar a los espacios naturales y perder el miedo a vivir. Una educación que nos de un propósito de seguir intentándolo.

      Mejoras en la universidad con miras a las demandas de siglo XXI

      Posted in Literatura Mental on 8 diciembre 2022 by Luis Daniel

      Introducción

      Cuando estudié mi pregrado, en Honduras existían las universidades públicas y existían contadas con los dedos de la mano aquellas de índole privado. Con el tiempo, la institucionalización de la educación superior privada fue un hecho contundente.

      La oferta de licenciaturas en tiempo récord, con didácticas extranjeras, laboratorios avanzados y en especial, el establecimiento de exámenes de admisión en las universidades públicas hizo de estas instituciones exitosas para una variedad de carreras genéricas y cotizadas por la comunidad estudiantil. Curiosamente, las universidades privadas también presentaban un examen de admisión, el cual no fue visto de forma negativa.

      La Universidad como institución se ha degradado en sus funciones esenciales para concentrarse principalmente en la docencia, dejando de lado la extensión, la investigación y la vinculación; funciones efectivamente esenciales con las que la universidad se conserva relevante, actualizada y funcional para una sociedad que necesita de ideas en el corto plazo para dar respuestas a los problemas del largo plazo.

      La proletarización profesional

      Ahora que estoy dentro del “sistema” universitario en calidad de docente, puedo apreciar algunas situaciones que se prestan para un análisis sincero. Uno que llama mi atención es la transformación del esquema de pregrado en una continuación del bachillerato.

      De esta manera, el estudiante que se somete a las penas de un pregrado, debe estar consciente que, para salir adelante, un posgrado será elemental para ser competitivo. Así, la universidad en pregrado se parece cada vez más a una escuela de educación media que a una institución de educación superior.

      El esquema de las tareas, de los proyectos, la evaluación y hasta cierto punto, la condescendencia del docente a partir de las exigencias de la rectoría comienza a dilucidar un esquema de colegio. Estas apreciaciones las logro captar especialmente en la educación superior privada en donde el carácter mercantilista de la relación laboral exige esto del docente.

      La motivación por la educación

      Debo admitir que, al recibirme biólogo, no cruzó por mi mente conquistar un posgrado y una vez en posgrado pensé que sería vanidad perseguir un doctorado. Sin embargo, aquí estoy. Y no puedo negar que la motivación económica es un estimulante fuerte.

      Esto en buena parte porque en la corrupción sistémica del país sugiere que mis posibilidades de adquirir un puesto permanente son ligeramente mejores con una mayor titulación, considerando que los colores políticos y la zalamería no son una opción. Empero, son una opción inmediata para muchas personas.

      Esta instancia de la educación por llenar un ítem de la lista y desear posteriormente posiciones políticas o por halago es básicamente la persecución de poder. Esta persecución del poder es precisamente en detrimento de la solidaridad que se necesita en el mundo.

      Y esta carencia de sentido común planetario bien puede asociarse tanto a la falla de la sociedad en imprentar en las personas la solidaridad, como a la vez de la educación superior al concentrarse de manera puntual en la docencia. Un país que fue a la universidad, no es necesariamente un pueblo educado.

      Modificación de la oferta educativa

      Dentro de esta situación de proletarización profesional, la que no veo manera de reducir o desacelerar, se presenta un curioso fenómeno y es el de la aparición de carreras universitarias cortas apuntadas a resolver necesidades inmediatas del mercado. Técnicos en diseño gráfico, en manejo de redes, en telemercadeo. Es como que el capitalismo absorbió la educación para sus propósitos de generación de riqueza.

      Es entonces, una situación en donde la educación superior no sirve más a la humanidad, sino que a una entidad invisible que exige cada vez mayor crecimiento económico. Y la sociedad al verse forzada a producir se adscribe al protocolo para poder superarse o quizás la palabra adecuada es sobrevivir.

      Tenemos universidades tanto públicas como privadas produciendo cantidades considerables de profesionales que no encuentran donde insertarse en el mercado laboral. Esto es consecuencia que la universidad no les ha enseñado a existir por si mismos, sino que a depender de una mano invisible que les alimentará a partir de sus servicios. Es decir, al no enseñar el emprendimiento, se condena a profesionales a no poder alimentarse por si mismos. Y es a partir de la necesidad, la frustración que terminan en otros menesteres de la vida.

      La transformación desde el sistema

      La Universidad debe retomar los propósitos por los que fue instituida. Si, la docencia es fundamental para transmitir la vanguardia del conocimiento y mantener el proceso de reposición generacional. Pero debe además insertar al estudiante en la problemática de la sociedad, de esta manera el futuro profesional comprenderá que su vocación de servicio es la humanidad y no la producción de riqueza.

      La universidad debe insertar al estudiante en la investigación de la problemática de la realidad para que desde temprano rumie las posibles soluciones desde su campo de profesión. La universidad debe vincular al estudiante con las posibles instancias desde donde podrá hacer la diferencia.

      Sin embargo, y esto es en parte consecuencia de la proletarización profesional y la degradación de la docencia: El profesor no desea enseñar el arte de la profesión al estudiante pues además de docente es consultor en diferentes situaciones. Por lo que, “entrenar a la competencia” no es exactamente en favor de sus propósitos de sobrevivencia capitalista.

      Consideraciones finales

      Mientras la educación superior y la educación como un proceso siga concibiéndose como un proceso de capital y movilidad social, muy poca solidaridad podremos construir. Mientras en la educación superior se inserten ideas egoístas, desconfianza y flagrante desprecio por los compañeros en la instancia del currículo oculto, la educación superior seguirá fallando.

      Mientras la educación superior siga vendiendo el concepto de la superación como una baratija, como “un cartón” para trabajar por un salario mínimo, la sociedad no va cambiar y seguirá la ley del más fuerte, el más lisonjero y el más corrupto para acelerar la tendencia al cataclismo planetario irreversible.

      Y es muy posible que esta decisión tuvo que darse hace 25 años, sin embargo, la oportunidad de cambiar siempre es latente.

      Cambios en el proceso evaluativo, cambios en el comportamiento docente para mejorar

      Posted in Literatura Mental on 7 diciembre 2022 by Luis Daniel

      Introducción


      Esta es una menuda pregunta que considera un camino bastante largo en la persecución de una
      educación que tenga sentido tanto para el estudiante como para el docente. En los años que
      tengo en este ámbito, es con bastante frecuencia que lo considero pues período en período
      académico soy asaltado por la intriga de la duda y el rendimiento de los estudiantes, así como
      el interés intrínseco que demuestran en el proceso de enseñanza aprendizaje. A continuación,
      detallo algunas consideraciones que he ponderado a través del tiempo desde la educación
      superior.


      La cultura del estudiante


      Uno de loso objetivos de mis clases es la cultura general. Considero que además de los estudios
      disciplinares, los estudiantes deberían conocer temas fundamentales de la realidad y de esta
      manera conectar el pasado con el presente para poder ver hacia el futuro. Uno de estos temas
      que intento tocar en todas mis clases es el colapso de la edad de Bronce hace miles de años.
      Este es un tema poco conocido pues no es tocado en el sistema educativo y presenta en si
      mismo connotaciones muy consecuentes a la realidad actual.


      He apreciado que los estudiantes presentan bastantes conocimientos de cultura general, pero
      que pasan con mucho temor de expresar lo que conocen y al mismo tiempo, al pedirles que lo
      expresen en redacción, su nivel para asociar palabras es corto, o quizás el interés por el proceso
      muy reducido. De esta manera, al solicitarles que hagan resúmenes de las clases que les imparto
      puedo apreciar que la temática de cultura general asociada al tema asienta bastante bien en su
      comprensión.


      Con esto quiero decir que, al estudiante, particularmente aquel en provincia, metodologías
      asociadas al cuento, la parábola y el relato en primera persona se asientan bien con su cultura
      y su forma de comprender la realidad. A pesar de que es bastante complejo lograr que expresen
      sus ideas y sentir, tengo un buen asidero que, al utilizar el relato, la atención del promedio del
      salón es adecuada.


      La intención por la enseñanza


      No puedo negar que me gusta el proceso de enseñanza, tanto como maestro y estudiante. Pero,
      a veces pienso que mi intención en el asunto es muy laxa, me enfoco demasiado en que el
      estudiante se mantenga entretenido y quizás la clase pierde algún tipo de sentido. Admito que
      mis evaluaciones son bastante sencillas y quienes reprueban mis espacios son aquellos que
      abandonan el período académico.


      Muchas veces me pregunto porque hago estas cosas de esta manera. ¿Debería ser más estricto
      y aplicar evaluaciones memorísticas? Sin embargo, mis clases no son memorísticas, por lo que
      realizarlo de esta manera sería en detrimento del estudiante. Entonces, ¿Debería cambiar mi
      didáctica a algo memorístico? Es decir, algo que el estudiante conoce bien. Definitivamente no
      lo haría pues no me siento cómodo construyendo exámenes que siento son vacíos y no se
      prestan para nada más que el corto plazo y el propósito inmediato.


      Mi intención es crear dilema en la mente del estudiante, mi intención es acercarlos a aquello
      que han conocido siempre, pero que duerme en su memoria genética. Mi intención es que
      interpreten las cosas que ven cada día ya no con conmiseración sino con una actitud crítica. Sin
      embargo, eternamente pienso que no lo estoy logrando.


      Las capacidades intrínsecas del docente-discente


      Mi estilo didáctico es la charla, admito que me gusta hablar. A algunos estudiantes este
      acercamiento es interesante, para otros no tanto considerando que se aburren, no pueden
      conectarse al hilo de ideas que propenden en varios escenarios a la vez y conectan a una
      realidad que deseo ponderen.


      Considerando esto, yo sé cuales son mis intereses, mis capacidades y mis limitantes. De esta
      manera, sé que escribir para mi es muy fácil y el trabajo en equipo una molestia por mi
      incapacidad de empatar criterios. Por otro lado, he apreciado en mis estudiantes el gusto por el
      trabajo en equipo y el disgusto por la escritura. Siendo así, nos encontramos en polos opuestos
      de la intención didáctica.


      Siendo este el caso, pienso que una forma de adelantar mis espacios pedagógicos es conociendo
      un poco mejor el contexto particular de los estudiantes. Ya tengo algunas ideas generales a
      partir de su cultura. Pero, desconozco la manera en que su mente y espíritu procesan la
      información y como reconstruyen su realidad a partir de. Pienso que tomarme un tiempo en las
      primeras sesiones para conocer más al estudiante puede brindar ideas profundas.
      De esta manera, conocer al estudiante a través de una prueba sencilla de inteligencia múltiple
      me ayudaría a captar el interés y su manera de captar la realidad y al mismo tiempo poder
      empatarle con personas afines a su construcción y promover el trabajo en equipo que rara vez
      implemento en mis espacios.


      La transformación desde el sistema


      El modelo capitalista actual y la proletarización profesional sugieren que todos deben pasar por
      la universidad para lograr los trabajos más fundamentales. Esta reducción del propósito de la
      educación superior es funesta porque obliga al sistema a insertar en ámbitos innecesarios
      potencial que pudo ser aprovechado en otros escenarios.


      Al mismo tiempo, satura el mercado de profesionales que en el tiempo se frustran al no alcanzar
      sus sueños o dedicarse a cosas que no le inspiran. Sin embargo, promover una discusión de
      incentivar la educación técnica y para el emprendimiento parece ser una pérdida de tiempo al
      considerarlas opciones degradantes. Es como que si todos quisieran ser licenciados para tener
      un trabajo de salario mínimo.


      Esto es peligroso pues hay demasiados licenciados en nada y muchos puestos clave en la
      sociedad, que sostienen la economía se transmiten de manera oral o por relación familiar. El
      trabajo manual ha sido desincentivado por los productos prefabricados. El artesano y el técnico
      han sido desamparados en una sociedad que solo admite el togado.


      Dicho esto, el cambio desde el sistema es necesario para motivar a las personas que presentan
      estas capacidades para construir e imaginar y desarrollar con sus manos el futuro de un mundo
      que estima todo existe de forma instantánea.


      Consideraciones finales
      La universidad ha dejado en sueño algunos de los propósitos por los que fue diseñada. Se ha
      involucrado más en la transmisión de conocimiento. Ha vuelto al futuro profesional en un
      consumidor de conocimiento, pero muy poco le ha dado la capacidad de producir
      conocimiento.


      Así, la generación de relevo de docentes se ha convertido en un suplidor de conocimientos sin
      perseguir que el estudiante sea autodidacta y acucioso. Es necesario así que el docente medite
      dentro de si mismo esas debilidades que viene manifestando. Cosas como la evaluación vacía,
      el desprecio por la capacidad reducida del estudiante, la magnanimidad de su posición entre
      otras.


      La educación no es un proceso popular ni los docentes los profesionales más apreciados en el
      siglo XXI. La docencia continúa siendo una vocación y un llamado hacia el servicio de la
      humanidad, pero las debilidades de la docencia son latentes como en muchos administradores
      de empresas que soñaron ser médicos o enfermeras o psicólogos.


      La vida cierra puertas y muchas veces de manera abrupta, como docentes debemos darnos la
      oportunidad de orientar a nuestros estudiantes hacia sus sueños, hacia las puertas que pueden
      acceder por su convicción, voluntad y capacidad y no por los rendimientos mercantiles que
      estos pudiesen producir.


      Si el estudiante no es feliz, como profesional no será eficiente, si no es eficiente el sistema no
      rendirá buenos procesos, si el sistema no rinde la sociedad continúa estancada